101 errores de la Biblia respuestas

Aunque todavia no termino la investigación y traducción de todo el articulo pienso ir incluyendo las respuestas.

Dejo un link (en ingles) que contiene todasla respuestas a las contradicciones. 🙂

http://crossbearer-brian.tripod.com/id148.htm

Contradicción #1

¿Quién incitó a David a contar los hombres aptos para la guerra de Israel?

* Dios lo hizo (2 Samuel 24:1)
* Satanás lo hizo (1 Crónicas 21:1)

Segundo de Samuel 24:1 dice: “La cólera de Jehová volvió a ponerse ardiente contra Israel, cuando uno incitó a David [o: “cuando David fue incitado”, nota] contra ellos diciendo: ‘Anda, toma la cuenta de Israel y Judá’”. Pero no fue Jehová quien incitó al rey David a pecar, pues 1 Crónicas 21:1 dice: “Satanás [o: “un resistidor”, nota] procedió a levantarse contra Israel y a incitar a David a numerar a Israel”. Dios estaba descontento con los israelitas y por ello permitió que Satanás el Diablo les hiciera incurrir en ese pecado. Por esta razón, 2 Samuel 24:1 lo pone como si lo hubiera hecho Dios mismo. Es interesante cómo traduce este versículo la versión Torres Amat: “Encendióse de nuevo el furor del Señor contra Israel; y así permitió para su daño que David mandase hacer el censo de toda la gente de Israel y de Judá”.

 

El relato de 2 Samuel 24:1 dice: “Y la cólera de Jehová volvió a ponerse ardiente contra Israel, cuando uno incitó a David contra ellos, diciendo: ‘Anda, toma la cuenta de Israel y Judá’”. En el relato no se identifica quién incitó a David. ¿Fue algún consejero humano? ¿Fue Satanás? ¿Acaso fue Dios? Primero de las Crónicas 21:1 ayuda a resolver la cuestión, pues dice: “Satanás procedió a levantarse contra Israel y a incitar a David a numerar a Israel”. Esa manera de traducir el texto de la Traducción del Nuevo Mundo concuerda con el texto hebreo y con traducciones al griego, siriaco y latín, así como con otras versiones, como, por ejemplo, BJ, CI, MK, NC, Val.

No obstante, según se indica en la nota al pie de la página correspondiente a 1 Crónicas 21:1, el término hebreo sa·tán también se puede traducir “resistidor”. La Biblia de la Casa de Alba lo traduce: “un Satán”; la nota de la Versión Moderna lee: “un adversario”. De modo que cabe la posibilidad de que quien impulsó a David a optar por este proceder nefasto fuese un mal consejero humano.

Una nota al pie de la página correspondiente a 2 Samuel 24:1 muestra que este texto se podría traducir: “Y la cólera de Jehová volvió a ponerse ardiente contra Israel, cuando él incitó a David contra ellos”. La Versión Popular traduce este versículo del siguiente modo: “El Señor volvió a encenderse en ira contra los israelitas, e incitó a David contra ellos, ordenándole que hiciera un censo de Israel y Judá”. Por consiguiente, algunos comentaristas opinan que quien incitó a David a hacer el censo fue Jehová. Su ‘cólera contra Israel’, según este punto de vista, precedió al censo y se debió a sus recientes rebeliones contra Jehová y en oposición a su rey nombrado, David, cuando siguieron al ambicioso Absalón y después a un hombre que no servía para nada: Seba, hijo de Bicrí. (2Sa 15:10-12; 20:1, 2.) Esta opinión podría concordar con el punto de vista de que Satanás, o algún mal consejero humano, incitó a David a cometer ese acto, si se entiende que Jehová permitió a propósito que se incitara a David al retirarle su protección. (Compárese con 1Re 22:21-23; 1Sa 16:14)

Por parte de David, puede que haya habido malos motivos debido al orgullo y a la confianza que tenía en la magnitud de su ejército, en lugar de manifestar una completa confianza en Jehová. De todas formas, se hace patente que el principal motivo de David en esta ocasión no era glorificar a Dios

 

Contradicción #2

¿En aquel censo, cuántos hombres aptos fueron encontrados?

* Ochocientos mil (2 Samuel 24:9)
* Un millón cien mil (1 Crónicas 21:5)

En 2 Samuel 24:9 aparecen las cifras de 800.000 israelitas y 500.000 judaítas, mientras que en 1 Crónicas 21:5 se dan las cantidades de 1.100.000 combatientes en Israel y 470.000 en Judá. El rey tenía a su servicio permanente 288.000 guerreros, distribuidos en 12 grupos de 24.000, cada uno de los cuales servía un mes al año. Había además 12.000 sirvientes de los 12 príncipes de las tribus, lo que hace un total de 300.000. Al parecer, la cifra de 1.100.000 de 1 Crónicas 21:5 incluye a los 300.000 ya alistados, mientras que 2 Samuel 24:9 no los cuenta. (Números 1:16; Deuteronomio 1:15; 1 Crónicas 27:1-22.) En cuanto a Judá, parece que 2 Samuel 24:9 incluyó a 30.000 hombres de un destacamento de observación situado en las fronteras filisteas que no fueron contados en las cifras de 1 Crónicas 21:5. (2 Samuel 6:1.) Si tenemos en cuenta que los relatos de 2 Samuel y 1 Crónicas son obras de dos escritores con puntos de vista y objetivos diferentes, podemos conciliar las cifras sin dificultad

 

Contradicción #3

¿Cuántos hombres aptos para la guerra fueron encontrados en Judah?

* Quinientos mil (2 Samuel 24:9)
* Cuatrocientos setenta mil (1 Crónicas 21:5)

Según 1 Crónicas 21:5, el recuento reveló que Israel tenía 1.100.000 hombres y Judá, 470.000. El informe de 2 Samuel 24:9 menciona 800.000 hombres de Israel y 500.000 de Judá. Algunos atribuyen la diferencia a un error del escriba. Sin embargo, no es prudente llegar a esta conclusión cuando no se conocen bien las circunstancias, el sistema de recuento que empleó u otros factores. Es posible que los dos relatos hayan calculado la cifra desde puntos de vista distintos. Por ejemplo, tal vez se contasen u omitiesen los miembros del ejército permanente o sus oficiales. Puede ser que diferentes métodos de cálculo hayan ocasionado una variación a la hora de incluir a ciertos hombres bajo Judá o bajo Israel. Es posible que el capítulo 27 de 1 Crónicas sea un ejemplo de uno de esos casos. En él se citan 12 divisiones que estaban al servicio del rey, nombrando a Leví, las dos medias tribus de Manasés y todas las demás tribus, excepto las de Gad y Aser. Esto quizás se debió a que en aquel tiempo a los hombres de Gad y Aser se les contó bajo otros cabezas, o es posible que se deba a otras razones que no constan en el registro.

 

Contradicción #4

¿Dios envió a Su profeta para que amenazara a David con cuántos años de hambruna?

* Siete (2 Samuel 24:13)
* Tres (1 Crónicas 21:12)

El juicio de Jehová. Gad, el profeta de Jehová, fue enviado a David, quien había autorizado el censo, para darle a escoger una de estas tres formas de castigo: un hambre que durara tres años, la espada de los enemigos de Israel que abatiera a Israel por tres meses o una peste durante tres días. Confiando en la misericordia de Dios más bien que en la del hombre, David escogió “[caer] en la mano de Jehová”; murieron 70.000 personas debido a la peste que les sobrevino. (1Cr 21:10-14.)

Aquí se halla otra variación entre los relatos de Samuel y de las Crónicas. El relato de 2 Samuel 24:13 hace referencia a siete años de hambre y 1 Crónicas 21:12 menciona tres. (La Septuaginta griega dice “tres” en el relato de Samuel.) Una de las explicaciones propuestas es que los siete años a los que se alude en 2 Samuel en parte fueron una extensión de los tres años de hambre que sufrieron debido al pecado de Saúl y su casa contra los gabaonitas. (2Sa 21:1, 2.) El año en curso (la inscripción tomó nueve meses y veinte días, 2Sa 24:8) sería el cuarto, y tres años más harían siete. Aunque también es posible que la diferencia se haya debido a un error de un copista, hay que decir de nuevo que antes de llegar a tal conclusión se debería tener un conocimiento completo de todos los hechos y circunstancias.

 

Contradicción #5

¿Cuál era la edad de Ahazia cuando comenzó a reinar en Israel?

* Veintidós años (2 Reyes 8:26 )
* Cuarenta y dos años (2 Crónicas 22:2)

Segun Lighfoot y Ben Gershon mencionan que en Cronicas todo el reinado de la casa de Omri es incluido, para hacer los cuarenta y dos, asi: Omri 6 + Acab 22 + Ocozias 2 + Joran 12 = 42.

Es un hecho singular que este método de computación tan peculiarmente rabinico elimina, en un considerable numero de casos, aparantes discrepancias.

Contradicción #6

¿Cuál era la edad de Joachin cuando se convirtió en rey de Jerusalén?

* Dieciocho años (2 Reyes 24:8)
* Ocho años (2 Crónicas 36:9)

En 2 Crónicas 36:9 se da la edad de Joaquín en su llagada al trono como ocho años, mientras que en 2 Reyes 24:8 es de dieciocho años. Es así también en la LXX y Vg., en algunos códices hebreos, siriacos y árabes, y muchos manuscritos de la LXX, donde aparece la edad de 18 años en 2 Crónicas 36:9. La mayoria de los criticos creen que el numero 10, que en hebreo es una pequeña coma «,» se perdio en algunos textos antiguos.

Comparacíon de 2 de Cronicas 36:9 en diferentes versions de la Biblia

2Ch 36:9

 

(AMP)  Jehoiachin was eight[een] years old then; he reigned three months and ten days in Jerusalem. He did evil in the Lord’s sight. [II Kings 24:8.]

 

(ASV)  Jehoiachin was eight years old when he began to reign; and he reigned three months and ten days in Jerusalem: and he did that which was evil in the sight of Jehovah.

 

(BAD) Joaquín tenía dieciocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días, pero hizo lo que ofende al Señor.

 

(BBE)  Jehoiachin was eighteen years old when he became king; he was ruling in Jerusalem for three months and ten days, and he did evil in the eyes of the Lord.

 

(BL95) Joaquim tenía dieciocho años cuando empezó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; hizo el mal a los ojos de Yavé.

 

(BLA)  Joaquim tenía dieciocho años cuando empezó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; hizo el mal a los ojos de Yavé.

 

(CEV)  Jehoiachin was eighteen years old when he became king of Judah, and he ruled only three months and ten days from Jerusalem. Jehoiachin also disobeyed the LORD by doing evil.

 

(Darby)  Jehoiachin was eighteen years old when he began to reign; and he reigned three months and ten days in Jerusalem; and he did evil in the sight of Jehovah.

 

(DHH)  Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, yreinó en Jerusalén tres meses y diez días. Pero sus hechos fueronmalos a los ojos del Señor.

 

(DRB)  Joachin was eight years old when he began to reign, and he reigned three months and ten days in Jerusalem, and he did evil in the sight of the Lord.

 

(LPD) Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor.

 

(ESV)  Jehoiachin was eight years old when he became king,  and he reigned three months and ten days in Jerusalem.  He did what was evil in the sight of the LORD.

 

(HCSB)  Jehoiachin was 18 years old when he became king; he reigned three months and 10 days in Jerusalem. He did what was evil in the LORD’s sight.

 

(KJV+TVM)  Jehoiachin3078 was eight8083 years8141 old1121 when he began to reign4427 [8800], and he reigned4427 [8804] three7969 months2320 and ten6235 days3117 in Jerusalem3389: and he did6213 [8799] that which was evil7451 in the sight5869 of the LORD3068.

 

(MKJV)  Jehoiachin was eight years old when he began to reign, and he reigned three months and ten days in Jerusalem. And he did the evil in the sight of Jehovah.

 

(NAB-A)  Jehoiachin was eighteen years old when he became king, and he reigned three months (and ten days) in Jerusalem. He did evil in the sight of the LORD.

 

(N-C) Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo el mal a los ojos de Yahvé.

 

(NET)  Jehoiachin was eighteen years old when he became king, and he reigned three months and ten days in Jerusalem. He did evil before the Lord.

 

(Nuevo Mundo (Los TJ)) Dieciocho años de edad tenía Joaquín cuando empezó a reinar, y por tres meses y diez días reinó en Jerusalén; y continuó haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová.

 

(NVI)  Joaquín tenía dieciocho[2] años cuando ascendió al trono,  y reinó en Jerusalén tres meses y diez días,  pero hizo lo que ofende al Señor.

 

(PDT) Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y gobernó por tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo lo malo ante el Señor.

 

(RV1960)  De ocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

 

 

(RSVA)  Jehoi’achin was eight years old when he began to reign, and he reigned three months and ten days in Jerusalem. He did what was evil in the sight of the LORD.

 

(RV2000) De ocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo en ojos del SEÑOR.

(RVA) Joaquín tenía 18 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah.

 

 

Contradicción #7

¿Cuánto tiempo duró su reinado sobre Jerusalén?

* Tres meses (2 Reyes 24:8)
* Tres meses y diez días (2 Crónicas 36:9)

Ambas están correctas. Reyes comienza a contar los años de su reinado desde el momento en que su padre es llevado prisionero a Babilonia por Nabucodonosor y Crónicas desde el momento en que su padre muere.

 

Contradicción #8

¿Cuántos hombres mató de una sola vez el capitán de los poderosos soldados de David con su lanza?

* Ochocientos (2 Samuel 23:8)
* Trescientos (1 Crónicas 11:11)

 

JOSEB-BASÉBET Cabeza de los tres hombres poderosos más sobresalientes de David. (2Sa 23:8.) En 1 Crónicas 11:11 se le llama Jasobeam, posiblemente la forma más correcta. Segundo de Samuel 23:8 presenta otras dificultades debidas a la transcripción, que han hecho necesario corregir el texto masorético hebreo, un tanto confuso (donde al parecer dice: “Era Adino el eznita”), para que lea “Estuvo blandiendo su lanza” (NM). Muchas versiones modernas ofrecen una lectura similar (CI; EMN; FS; RH; Val, 1989). De este modo, Samuel concuerda con el registro de las Crónicas y con el estilo de escritura que caracteriza a esta sección. Se está hablando de “los tres”, pero si se introduce otro nombre, Adino, hay cuatro. Además, se rememoran las hazañas de los tres hombres poderosos, pero si la derrota de los ochocientos se atribuye a un cuarto personaje, no se mencionaría la de Joseb-basébet (Jasobeam). (Véase JASOBEAM núm. 2.)

Cabe la posibilidad de que la hazaña que se atribuye a Joseb-basébet en 2 Samuel 23:8 no sea la misma que se narra en 1 Crónicas 11:11, lo que explicaría por qué Samuel dice que murieron 800, mientras que el relato de Crónicas da la cifra de 300.

Contradicción #9

¿Cuándo trajo David el Arca del Pacto a Jerusalén? ¿Antes o después de derrotar a los Filisteos?

* Antes (2 Samuel 5-6)
* Después (1 Crónicas 13-14)

Lugares donde se guardó el Arca. El Arca no se guardó en un lugar permanente hasta que se erigió el templo de Salomón. Cuando se completó la mayor parte de la conquista del país (c. 1467 a. E.C.), se trasladó a Siló, donde al parecer permaneció (con la excepción del tiempo que estuvo en Betel) hasta que la capturaron los filisteos. (Jos 18:1; Jue 20:26, 27; 1Sa 3:3; 6:1.) Una vez recuperada, y de nuevo en el territorio de Israel, estuvo primero en Bet-semes y después en Quiryat-jearim, donde permaneció unos setenta años. (1Sa 6:11-14; 7:1, 2; 1Cr 13:5, 6.)

Según el texto masorético, 1 Samuel 14:18 dice que durante los enfrentamientos del pueblo de Israel con los filisteos, el rey Saúl pidió al sumo sacerdote Ahíya que llevase el Arca al campamento. Sin embargo, según la Septuaginta, Saúl le dijo a Ahíya: “‘¡Acerca el efod!’ (Porque él llevaba el efod en aquel día delante de Israel.)”.

David tenía el buen deseo de trasladar el Arca a Jerusalén, pero el procedimiento que escogió en el primer intento provocó un desastre. En lugar de transportar el Arca con los varales sobre los hombros de los levitas qohatitas, de acuerdo con las instrucciones conocidas, permitió que la colocasen sobre un carruaje. Las reses que tiraban del carro estuvieron a punto de ocasionar un vuelco, y Uzah fue derribado por agarrar el Arca, una acción que la ley divina condenaba explícitamente. (2Sa 6:2-11; 1Cr 13:1-11; 15:13; Nú 4:15.)

Por fin fue trasladada a Jerusalén, transportada como era debido por los levitas (1Cr 15:2, 15), y allí estuvo guardada en una tienda durante el resto del reinado de David. (2Sa 6:12-19; 11:11.) Los sacerdotes quisieron llevársela cuando huyeron con motivo de la rebelión de Absalón, pero David insistió en que permaneciera en Jerusalén, pues confiaba en que Jehová les permitiría a todos regresar indemnes. (2Sa 15:24, 25, 29; 1Re 2:26.) Él anhelaba construir una casa para poner en ella el Arca, pero Jehová postergó su edificación hasta el reinado de Salomón. (2Sa 7:2-13; 1Re 8:20, 21; 1Cr 28:2, 6; 2Cr 1:4.) Fue entonces, con motivo de la dedicación del templo, cuando se trasladó el Arca de la tienda en la que se hallaba en Sión al Santísimo del templo, que se había edificado sobre el monte Moria, donde fue colocada bajo la sombra de las alas de dos grandes querubines. El Arca fue la única pieza de todo el mobiliario que había estado en el tabernáculo que se llevó al templo de Salomón.

 

 

Contradicción #10

¿Cuántos pares de animales puros le ordenó Dios a Noé colocar en el Arca?

* Dos (Génesis 6:19-20)
* Siete (Génesis 7:2). Pero a pesar de ésta última instrucción, sólo dos pares fueron introducidos en el Arca (Génesis 7:8-9)

 

Génesis 6:19-20 Y de toda criatura viviente de toda clase de carne, dos de cada una, traerás dentro del arca para conservarlas vivas contigo. Macho y hembra serán. 20 De las criaturas voladoras según sus géneros y de los animales domésticos según sus géneros, de todos los animales movientes del suelo según sus géneros, dos de cada uno entrarán a donde ti allí para conservarlos vivos. Esto quiere decir que al menos de aves de corral, ganado, y de reptiles, como después explicó, dos de cada especie, debían ser llevados y no menos.

En Génesis 7:2 Jehová especifica a Noé que debería tomar 7 bestias o animales limpios y 2 animales que no son limpios, esto es porque Noé utilizaría algunos animales limpios para ofrecerlos como sacrificio a Dios.

Génesis 7:2 sí expresa de manera clara que los animales limpios fueron introducidos en el arca de «siete en siete», y de los inmundos se introdujo a «solamente dos».

Génesis 7:9, según las reglas de gramática hebrea, no se debe entender que tan solo «dos parejas» de animales entraron en el arca. En Génesis 7:2, la expresión que literalmente se traduciría «siete siete» no significa siete parejas (catorce ejemplares), tal como la repetición del número «dos» en Génesis 7:9, 15 no significa dos parejas (cuatro ejemplares). La repetición del número en estos versículos denota simplemente una distribución, no una duplicación. Por eso en Génesis 7:2 se lee que en el arca entraron los animales limpios de «siete en siete», no siete parejas; en esta misma línea, en Génesis 7:9 se lee que en el arca entraron los animales tanto limpios como inmundos de «dos en dos», no únicamente dos parejas.

 

Contradicción #11

¿Cuando David derrotó al rey de Soba, cuántos jinetes capturó?

Mil setecientos (2 Samuel 8:4)
Siete mil (1 Crónicas 18:4)

Cuando dice en Crónicas siete mil de a caballo se refiere a carros de a caballo, pero en Samuel habla de hombres de a caballo específicamente menciona «hombres». Nótese este detalle en Crónicas: «Y le tomó David mil carros, siete mil de a caballo.» En total ocho mil carros.

El rey David capturó muchos caballos, jinetes, carros e infantería de las huestes de Hadadézer, el rey de Zobá. Las diferencias en las cantidades de 2 Samuel 8:4 y 1 Crónicas 18:4 quizás se deban a un error de transcripción. En la Versión de los Setenta griega, ambos pasajes dicen que fueron capturados 1.000 carros y 7.000 jinetes, lo que hace pensar que 1 Crónicas 18:4 tal vez conserve la lectura original.

Sin embargo, ha de decirse que estas diferencias, que comúnmente se ven como errores de los escribas, puede reflejar simplemente un aspecto distinto de la guerra o maneras diferentes de hacer la cuenta.

 

Contradicción #12

¿Cuántos establos poseía Salomón?

Cuarenta mil (1 Reyes 4:26)
Cuatro mil (2 Crónicas 9:25)

Esta pregunta no cabe en ninguna forma, se lee claramente que son cuatro mil caballerizas (¿establos?)

Se cree que la expresión «cuarenta mil pesebres de caballos» que aparece en 1 Reyes 4:26 es un error del escriba (Nótese que se atribuye este error al escriba no a la autenticidad del libro), y debería decir «cuatro mil», tal como aparece en 2 Crónicas 9:25.

Por lo tanto algunos piensan que aquí hay un error del copista, de «arbaim», cuarenta, para «arbah”. La conciliación se podrán realizar, mediante la observación, de que aquí el escritor, como señala Ben Gersóm, da el número de los caballos que se encontraban en las caballerizas, que fueron cuarenta mil. En el otro texto se expresan los establos propios, que eran cuatro mil, diez caballos en cada establo, que en total  suman cuarenta mil, y las caballerizas, que fueron cuatro mil, habiendo diez puestos en cada uno. La palabra no tiene la letra «yod» más de aquí, que es la palabra numérica de «diez», y que puede señalar que aquí el escritor habla de todos los establos para caballos de Salomón que había en todo el reino, no sólo de los que había en Jerusalén.

 

Contradicción #13

¿En cuál año del reinado del Asa murió Baasa, rey de Israel?

* Vigésimo sexto año (1 Reyes 15:33 y 16:8)
* Baasa aún estaba vivo durante el trigésimo sexto año (2 Crónicas 16:1)

La afirmación que se encuentra en 2 Crónicas 16:1 en cuanto a que Baasá subió contra Judá en “el año treinta y seis del reinado de Asá” ha dado origen a cierta controversia, pues la gobernación de Baasá —que comenzó en el tercer año de Asá y tan solo duró veinticuatro años— había terminado diez años antes del año trigésimo sexto de la gobernación de Asá. (1Re 15:33.) Si bien algunos opinan que se trata de un error del escriba y que la referencia es al año decimosexto o vigésimo sexto del reinado de Asá, no es necesario concluir que hubo tal error para armonizar el relato. Los comentaristas judíos citan el Seder Olam, en el que se indica que el año trigésimo sexto se calcula a partir de la existencia del reino separado de Judá (997 a. E.C.) y corresponde con el decimosexto año de Asá: Rehoboam había reinado diecisiete años; Abías, tres, y Asá se encontraba para ese entonces en su año decimosexto. (Soncino Books of the Bible, Londres, 1952, nota sobre 2Cr 16:1.) Este también fue el punto de vista del arzobispo Ussher. Además, así puede explicarse la aparente diferencia entre la afirmación de 2 Crónicas 15:19 en el sentido de que la guerra “no ocurrió sino hasta el año treinta y cinco [de hecho, el año quince] del reinado de Asá”, y la de 1 Reyes 15:16 con referencia a que “hubo guerra misma entre Asá y Baasá el rey de Israel todos los días de ellos”, por cuanto una vez que comenzaron los conflictos entre los dos reyes, continuaron sin cesar de allí en adelante, como había predicho Hananí. (2Cr 16:9.)

Contradicción #14

¿Cuántos capataces designó Salomón para los trabajos de construcción del Templo?

Tres mil seiscientos (2 Crónicas 2:2)

Tres mil trescientos (1 Reyes 5:16)

2 Crónicas 2:2; 2:18; 8:10. Estos versículos indican que el número de comisarios empleados como supervisores y capataces para vigilar las obras era de 3.600 más 250, mientras que en 1 Reyes 5:16 y 9:23 se dice que el número era de 3.300 más 550. ¿A qué se debe la diferencia? La diferencia parece radicar en los métodos de clasificación de los comisarios. Puede ser que Segundo de las Crónicas distinga entre 3.600 comisarios no israelitas y 250 israelitas, en tanto que Primero de los Reyes establezca una diferencia entre 3.300 capataces y 550 supervisores de mayor rango; de cualquier modo, la cifra total en cada caso es la misma: 3.850.

Contradicción #15

¿Cuántas medidas –batos- cabían en el mar que Salomón mandó fabricar dentro del templo?

Dos mil (1 Reyes 7:26)

Tres mil (2 Crónicas 4:5)

El relato de 1 Reyes 7:26 dice que el mar ‘contenía dos mil medidas de bato’, mientras que el relato paralelo de 2 Crónicas 4:5 menciona que ‘contenía tres mil medidas de bato’. Hay quien atribuye la diferencia a un error del escriba en el relato de las Crónicas. Sin embargo, aunque el verbo hebreo que significa “contener” es el mismo en cada caso, permite cierta flexibilidad en la traducción. Por eso algunas versiones traducen 1 Reyes 7:26 [7:25, Ga] para que lea que el recipiente “contenía” 2.000 medidas de bato, y traducen 2 Crónicas 4:5 para que diga que “cabían en él” o “hacía”, “podía contener” o “podía recibir […] (por su capacidad)” 3.000 medidas de bato (BJ, RH, Ga, NM, MK). Esto da pie a que se entienda que el relato de los Reyes dice la cantidad de agua que normalmente se almacenaba en el recipiente, mientras que el relato de las Crónicas da su capacidad máxima.

Parece ser que antiguamente la medida de bato equivalía a unos 22 l., de manera que, si se mantenía a dos tercios de su capacidad, el mar normalmente contendría unos 44.000 l. de agua. Para que tuviese la capacidad indicada, este mar fundido no podía ser cilíndrico, sino que debía tener forma de bulbo. Un recipiente con esa forma y con las dimensiones dadas antes podría contener hasta 66.000 l. Josefo, historiador judío del siglo I E.C., explica que el mar tenía “figura de un hemisferio”. También indica que el mar estaba situado entre el altar de los holocaustos y el edificio del templo, algo hacia el S. (Antigüedades Judías, libro VIII, cap. III, secs. 5 y 6.)

 

Contradicción #16

¿De entre los israelitas liberados del cautiverio en Babilonia, cuántos eran hijos de Pahath-moab?

(a) Dos mil ochocientos doce (Esdras 2:6)

(b) Dos mil ochocientos dieciocho (Nehemías 7:11)
Contradicción #17

¿Cuántos eran los hijos de Zattu?

(a) Novecientos cuarenta y cinco (Esdras 2:8)

(b) Ochocientos cuarenta y cinco (Nehemías 7:13)

Contradicción #18

¿Cuántos eran los hijos de Azgad?

(a) Dos mil doscientos veintidós (Esdras 2:12)

(b) Dos mil trescientos veintidós (Nehemías 7:17)

Contradicción #19

¿Cuántos eran los hijos de Adin?

(a) Cuatrocientos cincuenta y cuatro (Esdras 2:15)

(b) Seiscientos cincuenta y cinco (Nehemías 7:20)

Contradicción #20

¿Cuántos eran los hijos de Hasum?

(a) Doscientos veintitrés (Esdras 2:19)

(b) Trescientos veintiocho (Nehemías 7:22)

Contradicción #21

¿Cuántos eran los hijos de Beth-el y Hai?

(a) Doscientos veintitrés (Esdras 2:28)

(b) Ciento veintitrés (Nehemías 7:32)

Contradicción #22

Esdras 2:64 y Nehemías 7:66 coinciden en que el número total de toda la congregación era 42.360. Aún así, la suma de las cantidades mencionadas por ambos no se acerca a este total.

El total de la suma en cada libro es el siguiente:

(a) 29.818 (Esdras)

(b) 31.089 (Nehemías)

Contradicción #23

¿Cuántos cantantes acompañaban a la congregación?

(a) Doscientos (Esdras 2:65)

(b) Doscientos cuarenta y cinco (Nehemías 7:67)

 

Contradicción #24

¿Cuál era el nombre de la madre del rey Abías?

(a) Michaía, hija de Uriel de Gabaa (2 Crónicas 13:2)

(b) Maacha, hija de Absalom (2 Crónicas 11:20)

Pero Absalom tuvo solamente una hija y su nombre era Thamar (2 Samuel 14:27).

De las dieciocho esposas y sesenta concubinas que tuvo Rehoboam, la más amada fue Maacá, la nieta de Absalón (llamada Micaya en 2 Crónicas 13:2), a la que favoreció sobre las demás escogiendo a su hijo Abías para sucederle en el trono, aunque no era su primogénito. (2Cr 11:20-22.)

Usos de la palabra “hijo”. La palabra hebrea ben y la griega hui·ós, que significan “hijo”, se suelen utilizar en un sentido más amplio que simplemente para designar la prole masculina inmediata de alguien. El término “hijo” puede significar: hijo adoptivo (Éx 2:10; Jn 1:45), un descendiente, como un nieto o un bisnieto (Éx 1:7; 2Cr 35:14; Jer 35:16; Mt 12:23), o un yerno. (Compárese 1Cr 3:17 con Lu 3:27 [Sealtiel por lo visto era hijo de Jeconías y yerno de Nerí]; Lu 3:23 dice: “José, hijo de Helí”, por lo visto en el sentido de yerno [en esta frase hui·ós, “hijo”, no aparece en el texto griego, pero se sobrentiende].)

El término “hija” se aplicaba también a otros parentescos. Por ejemplo, en ciertas circunstancias se refería a: una hermana (Gé 34:8, 17), una hija adoptiva (Est 2:7, 15), una nuera (Jue 12:9; Rut 1:11-13), una nieta (1Re 15:2, 10, donde la palabra hebrea para hija, bath, se traduce “nieta” en NM y en las notas de EMN; Mod; Str y Val, 1989; véase 2Cr 13:1, 2) y una descendiente. (Gé 5:4; 27:46; Lu 1:5; 13:16.)

Aparte de emplearse para designar estos parentescos directos, el término “hija” también se aplicaba a las mujeres en general (Gé 6:2, 4; 30:13; Pr 31:29); las mujeres de un país, un pueblo o una ciudad en particular (Gé 24:37; Jue 11:40; 21:21), y las adoradoras de dioses falsos (Mal 2:11). Las personas que ocupaban un puesto de autoridad o que simplemente eran mayores solían utilizar el término “hija” como una forma amable de tratamiento a una mujer más joven. (Rut 3:10, 11; Mr 5:34.) Algunos derivados de la palabra hebrea bath se traducen también por “ramas” de un árbol (Gé 49:22) y “pueblos dependientes” de una ciudad mayor. (Nú 21:25; Jos 17:11; Jer 49:2.) El término para “hija”, con sus muchos sentidos, aparece más de 600 veces en la Biblia.

 

2Cr 11:20

Maacha la hija, es decir, la nieta, de Absalón, ya que ella no puede haber sido la hija de Absalón, porque, según 2 Sa 14: 27, sólo tuvo una hija, Tamar. Según 2 Sa 18: 18, Absalón no dejó ningún hijo; Maacha por lo tanto sólo puede ser una hija de Tamar, que, según 2 Cr 13: 2, se casó con Uriel de Gabaa (ver en 1 Re 15: 2). Abías, el hijo mayor de Maacha, a quien su padre nombró a su sucesor (2Cr 11: 22 y 2Cr 12: 16), se llama en el libro de los Reyes constantemente Abiam, la forma original del nombre, al que posteriormente se debilitó en Abías.

Contradicción #25

¿Capturaron, Josué y los israelitas, a Jerusalén?

(a) Sí (Josué 10:23 y 40)

(b) No (Josué 15:63)

A veces todo lo que se requiere para resolver aparentes contradicciones es leer con cuidado el relato y razonar sobre lo que se dice. Un ejemplo de esto se ve al considerar la conquista de Jerusalén por los israelitas. Se incluyó a Jerusalén en la herencia de Benjamín, pero leemos que la tribu de Benjamín no pudo conquistarla. (Josué 18:28; Jueces 1:21.) También leemos que Judá no pudo conquistar a Jerusalén… como si Jerusalén fuera parte de la herencia de Judá. Con el tiempo, Judá derrotó a Jerusalén, y la quemó con fuego. (Josué 15:63; Jueces 1:8.) Sin embargo, también hay un registro de que centenares de años después David conquistó a Jerusalén. (2 Samuel 5:5-9.)

20 A primera vista todo esto pudiera parecer confuso, pero en realidad no hay contradicciones. De hecho, la frontera entre la herencia de Benjamín y la de Judá se extendía a lo largo del valle de Hinón, precisamente cruzando la antigua ciudad de Jerusalén. Lo que después se llamó la Ciudad de David en realidad estaba en el territorio de Benjamín, como dice Josué 18:28. Pero es probable que la ciudad jebusea de Jerusalén se extendiera a través del valle de Hinón y así penetrara en el territorio de Judá, de modo que Judá, también, tuviera que pelear contra los habitantes cananeos de esta.

21 Benjamín no pudo conquistar aquella ciudad. En cierta ocasión, Judá sí conquistó a Jerusalén y la quemó. (Jueces 1:8, 9.) Pero parece que las fuerzas de Judá siguieron adelante, y algunos de los habitantes originales volvieron a tomar posesión de la ciudad. Después, formaron un foco de resistencia que ni Judá ni Benjamín pudieron remover. Así, los jebuseos permanecieron en Jerusalén hasta que David conquistó aquella ciudad centenares de años después.

 

En Jos 15: 63 sigue una notificación que indica que Juda no fue capas de expulsar a los jebuseos de Jerusalén, lo que nos remite a la época inmediatamente después de Josué, cuando los hijos de Juda quemaron Jerusalén (Jos 1: 8), pero  todavía no pudieron mantener la posesión. Este relato no está en contradicción con cualquiera de Jos 18: 28 o Jos 1: 21, ya que ni afirma que Jerusalén pertenecía a la tribu de Judá, ni que Judá reclamó la posesión de la ciudad tras  la exclusión de los de Benjamínitas.


Contradicción #26

¿Quién fue el padre de José, el esposo de Mara?

(a) Jacobo (Mateo 1:16)

(b) Helí (Lucas 3:23)

Casi todas las diferencias existentes entre las genealogías de Jesús que registraron Lucas y Mateo pueden resolverse con facilidad si se tiene presente que Lucas trazó la línea por medio de otro hijo de David, Natán, en vez de por medio de Salomón, como hizo Mateo. (Lu 3:31; Mt 1:6, 7.) Lucas sigue la ascendencia de María, y así prueba que Jesús era descendiente natural de David, mientras que Mateo muestra que Jesús tenía derecho legal al trono de David al ser descendiente de Salomón por la línea de José, quien era legalmente el padre de Jesús. Tanto Mateo como Lucas indican que José no era el padre verdadero de Jesús, sino solo su padre adoptivo, que le daba el derecho legal. Cuando llega a Jesús, Mateo, se desvía del estilo usado en toda su genealogía, y dice: “Jacob llegó a ser padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, a quien se llama Cristo”. (Mt 1:16.) Nótese que no dice ‘José llegó a ser padre de Jesús’, sino que era “el esposo de María, de la cual nació Jesús”. Lucas es incluso más específico cuando, después de mostrar que Jesús era realmente el Hijo de Dios por medio de María (Lu 1:32-35), dice: “Jesús […] siendo hijo, según se opinaba, de José, hijo de Helí”. (Lu 3:23.)

Contradicción #27

¿De cuál hijo de David desciende Jesús?

(a) Salomón (Mateo 1:6)

(b) Nathán (Lucas 3:31)

Un examen del relato de Mateo muestra que más del 40% de la información que contiene no se halla en los otros tres evangelios. La genealogía que aparece en Mateo (Mt 1:1-16), también es diferente a la de Lucas (Lu 3:23-38). Cuando se comparan, se ve que Mateo traza la genealogía legal de Jesús a través de José, su padre adoptivo, en tanto que Lucas al parecer dio la genealogía natural de Jesús.

Contradicción #28

¿Quién fue el padre de Salathiel?

(a) Jechonías (Mateo 1:12)

(b) Neri (Lucas 3:27)

Algunos textos indican que Jeconías (el rey Joaquín) era el padre carnal de Sealtiel. (1 Crónicas 3:16-18; Mateo 1:12.) Sin embargo, el evangelista Lucas llamó a Sealtiel “hijo de Nerí”. (Lucas 3:27.) Parece ser que Nerí le dio por esposa a su hija. Como los hebreos solían referirse al yerno como hijo, sobre todo en las genealogías, Lucas podía llamar hijo de Nerí a Sealtiel con toda corrección. Del mismo modo, Lucas se refirió a José como el hijo de Helí, quien en realidad era el padre de la esposa de José, María. (Lucas 3:23.)

 

Contradicción #29

¿Cuál hijo de Zorobabel fue el ancestro de Jesucristo?

(a) Abiud (Mateo 1:13)

(b) Resa (Lucas 3:27)

Pero los siete hijos de Zorobabel son los siguientes: Mesullam, Hananías, Selomith, Hasuba, Ohel, Berequías, Hasadías y Jusabhesed (1 Crónicas 3:19-20). Los nombres Abiud y Resa no encajan en ningún lugar.

GENEALOGÍA DE JESUCRISTO

En el capítulo 1 de Mateo hallamos la genealogía de Jesucristo desde Abrahán en adelante, y en el capítulo 3 de Lucas su genealogía se remonta hasta “Adán, hijo de Dios”. La genealogía de Jesús es la única que consta en las Escrituras Griegas Cristianas. Parte de ella aparece en los capítulos 1 al 3 de Primero de las Crónicas, comienza desde Adán y pasa a través de Salomón hasta llegar a Zorobabel. Los libros de Génesis y Rut combinados proporcionan la línea desde Adán hasta David.

Las listas de Génesis-Rut, 1 Crónicas y Lucas concuerdan por completo desde Adán hasta Arpaksad, con diferencias menores con respecto a ciertos nombres, como Quenán, que en Lucas 3:37 es “Cainán”. Las listas de Génesis-Rut y Crónicas siguen concordando hasta David, mientras que la de Lucas intercala otro “Cainán” entre Arpaksad y Selah. (Lu 3:35, 36.)

Desde Salomón hasta Zorobabel, los registros de Crónicas y Mateo concuerdan en su mayor parte, aunque Mateo omite algunos nombres. Estas diferencias y las que se observan en la lista de Lucas a partir de David hasta Jesús se comentarán más adelante.

En el artículo GENEALOGÍA se ha explicado que los judíos guardaron, además de muchos registros familiares, numerosos registros genealógicos oficiales, a los que cronistas como Esdras tuvieron acceso cuando compilaron sus listas; además, dichos registros aún se conservaban en el siglo I E.C. y al parecer existieron hasta el año 70 E.C. La cuestión del linaje del Mesías, desde Abrahán y a través de David, fue para ellos de máxima importancia. Por lo tanto, hay base para confiar en que tanto Mateo como Lucas consultaron las mencionadas listas genealógicas.

Credibilidad de las genealogías de los evangelios. Una pregunta que se plantea es: ¿a qué se debe que Mateo no mencione algunos de los nombres que se hallan en las listas de otros cronistas? En primer lugar, para que una genealogía sea fiable, no es necesario que mencione todos los nombres de un linaje familiar. Por ejemplo, cuando en Esdras 7:1-5 el profeta traza su ascendencia sacerdotal, omite varios de los nombres que figuran en la lista de 1 Crónicas 6:1-15. Era evidente que no hacía falta mencionar los nombres de todos sus antepasados para probar su ascendencia sacerdotal ante los judíos. Algo similar hizo Mateo, quien además de haber podido consultar las Escrituras Hebreas, pudo haber copiado del registro oficial, si no todos los nombres, al menos aquellos cuya mención era necesaria para demostrar que Jesús era descendiente de Abrahán y David. (Compárense Rut 4:12, 18-22 y Mt 1:3-6.)

Las listas de Mateo y Lucas incluían los nombres de personajes cuya autenticidad reconocían los judíos de la época. Ha de tenerse en cuenta que los escribas y los fariseos eran enemigos enconados de los cristianos, así que se hubiesen valido de cualquier argumento a su alcance para desacreditar a Jesús; sin embargo, en ningún momento cuestionaron estas listas genealógicas. De haber existido algún error en las listas de Mateo y de Lucas, sus oponentes hubieran tenido una clara oportunidad de desprestigiar a Jesús. No debe olvidarse el hecho de que las listas genealógicas oficiales debieron estar a su alcance hasta el año 70 E.C., como también lo estuvieron las Escrituras.

Lo mismo puede decirse de los enemigos del cristianismo que hubo en el mundo pagano en el siglo I E.C., muchos de los cuales eran, al igual que aquellos judíos, personas cultas, que se hubiesen valido de cualquier error aparente para aducir que las listas de Mateo y de Lucas eran falsas o, cuando menos, contradictorias. Pero no hay indicio alguno de que a los cristianos primitivos se les atacara por esta causa.

Tanto Mateo como Lucas alcanzaron el objetivo pretendido. Para probar que Jesús era descendiente de Abrahán y de David, no era necesario hacer una genealogía nueva. Todo cuanto tuvieron que hacer fue copiar de las listas oficiales aceptadas por la nación los que contenían el linaje davídico y el sacerdotal, así como otros datos genealógicos. (Véase Lu 1:5; 2:3-5; Ro 11:1.) Aun si hubiese habido una omisión en dichas listas, no hubiese afectado en nada la intención de los evangelistas, que, de hecho, alcanzaron: presentar prueba legal y oficial de la genealogía de Jesús el Mesías.

Problemas en la genealogía de Jesús que registró Mateo. Mateo divide la genealogía desde Abrahán hasta Jesús en tres secciones de catorce generaciones cada una, posiblemente como ayuda para la memoria. (Mt 1:17.) No obstante, cuando se cuentan los nombres, resulta que suman un total de cuarenta y uno en vez de cuarenta y dos. Para resolver la aparente discrepancia, podría contarse de la siguiente manera: Contar catorce nombres desde Abrahán hasta David y usar a este como el primer nombre para el segundo grupo de catorce, siendo Josías el último de este grupo; finalmente, encabezar la tercera serie de catorce nombres con Jeconías (Joaquín) y finalizarla con Jesús. Nótese que Mateo repite el nombre de David como el último del primer grupo de catorce nombres y el primero de los siguientes catorce. Seguidamente repite la expresión “la deportación a Babilonia”, expresión que asocia con Josías y sus hijos. (Mt 1:17.)

Como ya se ha indicado, puede que Mateo haya copiado su lista exactamente como estaba en el registro oficial que usó, o tal vez haya omitido a propósito algunos eslabones con la intención de facilitar el recordar los componentes de dicha lista. No obstante, una explicación de por qué se omiten tres reyes de la línea de David entre Jehoram y Uzías (Azarías) puede ser la siguiente: Jehoram se casó con la inicua Atalía, de la casa de Acab, la hija de Jezabel, y así unió este linaje condenado por Dios a la línea de los reyes de Judá. (1Re 21:20-26; 2Re 8:25-27.) De modo que Mateo menciona a Jehoram, el primero en la alianza inicua, pero omite los nombres de los siguientes tres reyes hasta la cuarta generación, Ocozías, Jehoás y Amasías, el fruto de esta alianza. (Compárese Mt 1:8 con 1Cr 3:10-12.)

Mateo indica que Zorobabel es el hijo de Sealtiel (Mt 1:12), y esto coincide con otras referencias. (Esd 3:2; Ne 12:1; Ag 1:14; Lu 3:27.) No obstante, en 1 Crónicas 3:19 se dice que Zorobabel era hijo de Pedaya. Zorobabel debió ser hijo carnal de Pedaya e hijo legal de Sealtiel como resultado del matrimonio de cuñado; también es posible que después de la muerte de Pedaya, Sealtiel criara a Zorobabel y este llegara a ser reconocido legalmente como hijo de Sealtiel.

Un problema en la genealogía de Jesús registrada por Lucas. En las copias manuscritas de la lista de Lucas se intercala un segundo “Cainán” entre Arpaksad y Selah. (Lu 3:35, 36; compárese con Gé 10:24; 11:12; 1Cr 1:18, 24.) La mayoría de los doctos lo atribuyen a un error del copista. En las Escrituras Hebreas, “Cainán” no aparece en esta posición en las listas genealógicas de los textos hebreos o samaritanos, ni tampoco en ninguno de los targumes o versiones, excepto en la Septuaginta griega. Y parece que ni siquiera estaba en las primeras copias de la Septuaginta, pues Josefo, que suele seguir esta versión, menciona a Salas (Selah) a continuación como hijo de Arfaxad (Arpaksad). (Antigüedades Judías, libro I, cap. VI, sec. 4.) Los escritores antiguos Ireneo, Africano, Eusebio y Jerónimo no aceptaron el segundo “Cainán” de las copias del relato de Lucas, pues la consideraban una interpolación. (Véase CAINÁN núm. 2.)

¿Por qué difieren entre las genealogías de Mateo y de Lucas?

Casi todas las diferencias existentes entre las genealogías de Jesús que registraron Lucas y Mateo pueden resolverse con facilidad si se tiene presente que Lucas trazó la línea por medio de otro hijo de David, Natán, en vez de por medio de Salomón, como hizo Mateo. (Lu 3:31; Mt 1:6, 7.) Lucas sigue la ascendencia de María, y así prueba que Jesús era descendiente natural de David, mientras que Mateo muestra que Jesús tenía derecho legal al trono de David al ser descendiente de Salomón por la línea de José, quien era legalmente el padre de Jesús. Tanto Mateo como Lucas indican que José no era el padre verdadero de Jesús, sino solo su padre adoptivo, que le daba el derecho legal. Cuando llega a Jesús, Mateo, se desvía del estilo usado en toda su genealogía, y dice: “Jacob llegó a ser padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, a quien se llama Cristo”. (Mt 1:16.) Nótese que no dice ‘José llegó a ser padre de Jesús’, sino que era “el esposo de María, de la cual nació Jesús”. Lucas es incluso más específico cuando, después de mostrar que Jesús era realmente el Hijo de Dios por medio de María (Lu 1:32-35), dice: “Jesús […] siendo hijo, según se opinaba, de José, hijo de Helí”. (Lu 3:23.)

Puesto que Jesús no era el hijo natural de José, sino el Hijo de Dios, la genealogía de Jesús registrada por Lucas tenía que probar que por nacimiento humano Jesús era en realidad hijo de David mediante su madre María. Frederic Louis Godet escribió respecto a las genealogías de ambos evangelistas: “Este estudio detallado del texto nos lleva así a admitir: 1) Que el registro genealógico que traza Lucas es el de Helí, el abuelo de Jesús. 2) Que, siendo la afiliación de Jesús por vía de Helí manifiestamente opuesta a su afiliación por la línea de José, el documento que ha procurado que llegue hasta nosotros no pretende ser otra cosa —desde su punto de vista— que una genealogía de Jesús basada en el linaje de María. ¿Por qué, entonces, no menciona Lucas a María y pasa inmediatamente de Jesús a su abuelo? El pensamiento antiguo no consideraba que la madre fuera un eslabón de una cadena genealógica. Para los griegos, un hombre era hijo de su padre, no de su madre, y los judíos tenían el adagio: ‘Genus matris non vocatur genus [Al descendiente de una madre no se le llama (su) descendiente]’ (‘Baba Batrá’, 110 a)”. (Commentary on Luke, 1981, pág. 129.)

En realidad, las dos genealogías (la de Mateo y la de Lucas) exponen la descendencia de David: una por medio de Salomón y la otra por medio de Natán. (Mt 1:6; Lu 3:31.) Cuando examinamos las listas de Mateo y Lucas, hallamos que después de separarse en Salomón y Natán, vuelven a unirse otra vez en dos personas, Sealtiel y Zorobabel. Esto puede explicarse de la siguiente manera: Sealtiel era el hijo de Jeconías, pero se le llegó a llamar “hijo de Nerí” quizás debido a que se casó con la hija de este y así llegó a ser su yerno. Es posible también que Nerí no tuviera hijos varones, lo que pudiera ser otra razón por la que se considerara a Sealtiel su “hijo”. Zorobabel, quien es probable que fuera hijo carnal de Pedaya, fue considerado legalmente hijo de Sealtiel, tal como se ha mostrado antes. (Compárese con Mt 1:12; Lu 3:27; 1Cr 3:17-19.)

A continuación, las genealogías indican que Zorobabel tuvo dos hijos, Resá y Abiud, y de nuevo las líneas se separan en este punto. (Pudieron haber sido descendientes y no hijos verdaderos, o al menos uno de ellos puede que haya sido un yerno. Compárese con 1Cr 3:19.) (Lu 3:27; Mt 1:13.) Las genealogías de Jesús de los evangelios de Mateo y Lucas varían en este punto de la que se halla en el capítulo 3 de Primero de las Crónicas. Estas diferencias pueden ser debidas a que Mateo, y quizás también Lucas, omitieron varios nombres a propósito. Pero el hecho que ha de tenerse en cuenta es que tales diferencias en las listas genealógicas de Mateo y Lucas muy probablemente son las mismas que ya existían en los registros genealógicos que estaban en uso en aquel entonces, plenamente aceptados por los judíos, y por lo tanto no fueron cambios que Mateo y Lucas efectuaron.

Por lo tanto, podemos concluir que las dos listas, la de Mateo y la de Lucas, establecen dos verdades: 1) que Jesús fue realmente el Hijo de Dios y el heredero natural del reino por nacer de manera milagrosa de la joven virgen María, perteneciente a la línea de David, y 2) que Jesús también era el heredero legal en la línea de descendencia de David y Salomón por medio de su padre adoptivo José. (Lu 1:32, 35; Ro 1:1-4.) El hecho de que José, consciente de las circunstancias, se casase con María y le diese la protección de su buen nombre y de su linaje real refutaba cualquier acusación que pudieran hacer los judíos hostiles en cuanto a la ilegitimidad del nacimiento de Jesús.

 

Contradicción #30

¿Quién fue el padre de Uzías?

(a) Joram (Mateo 1:8)

(b) Amasías (2 Crónicas 26:1)

Joram Rey de Judá por ocho años; hijo de Jehosafat. El texto masorético abrevia su nombre en algunas ocasiones. (2Re 8:21, 23, 24; 11:2; 1Cr 3:11, nota.) Aunque la forma abreviada también aparece en el texto griego de Westcott y Hort, la Traducción del Nuevo Mundo emplea el nombre completo a fin de facilitar la identificación. (Mt 1:8)

 

Joram no fue padre inmediato de Uzías, sino tercer abuelo; porque Joram engendró a Ocozías; Ocozías a Joás; Joás a Amasías; y Amasías a Uzías (1Cro 3,12). El profeta Elías había anunciado a Achab rey de Israel el exterminio de toda su descendencia. Y el Evangelista, al parecer, quiso ejecutar esta sentencia por una especie de muerte civil, a lo menos hasta la cuarta generación, en la genealogía de Jesucristo, porque Joram estuvo casado con Atalía hija de Achab, de la cual tuvo a Ocozías padre de Joás, que lo fue de Amasías, y este de Ozías, que también se llamó Azarías (2 Cro 3).

 

Contradicción #31

¿Quién fue el padre de Jechonías?

(a) Josías (Mateo 1:11)

(b) Joacim (1 Crónicas 3:16)

 

A Jeconías: se debe entender no inmediatamente, sino por medio de Joaquim padre de Jeconías (1Cro 3,15-16). Este Joaquim no mereció tener lugar en la sepultura de los reyes de Judá (Jer 22,8). Y por esta razón Mateo creyó, que tampoco debía ponerse en la genealogía de Jesucristo. Y sus hermanos: quiere decir, y a su hermano Sedecías (1Cro 3,16); o si tuvo otros, no los nombra la Escritura hebrea. En el tiempo, o hacia el tiempo de la transmigración, porque Josías ya había muerto, cuando sucedió ésta; la cual comenzó en el reinado de Joaquim su hijo, y se continuó en el de Jeconías (2Re 24,15 y 2Cro 36,1-2). En algunos manuscritos se lee: iosías dé egénnese tón iakéim: iakéim dé egénnese tón iekosían (Josías engendró a Jacim: Jacim engendró a Jeconías), etc., con la cual adición se completan las veinte y ocho generaciones que cuenta San Mateo desde David hasta Jesucristo; pues sin ella quedan defectuosas: a no ser que contemos en esta genealogía a María santísima, honra, que por haber concebido a Jesucristo sin comercio de varón, le hacen muchos, no obstante que las mujeres no tenían lugar en las genealogías.

 

Contradicción #32

¿Cuántas generaciones hubo desde la deportación a Babilonia hasta Cristo?

(a) Mateo dice que fueron catorce (Mateo 1:17)

(b) Pero un cuidadoso conteo de las generaciones revela sólo trece (Ver Mateo 1:12-16)

 

 

¿Cómo hemos de entender Mateo 1:17, que habla de tres grupos de generaciones (catorce en cada grupo) desde Abrahán hasta Jesucristo, aunque los versículos previos alistan solo cuarenta y una generaciones?

Hay una explicación sencilla para esta aparente dificultad. Es evidente que Mateo contó dos veces a David, no considerando el total sino solo la uniformidad de los tres grupos de catorce nombres o generaciones como ayuda para la memoria. Como Mateo mismo lo expresa: “Todas las generaciones, pues, desde Abrahán hasta David fueron catorce generaciones, y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones, y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce generaciones.”

Cuando se consideran listas genealógicas como la que se encuentra en 1 Crónicas, capítulos 1 al 3, parece que hubo por lo menos cuarenta y seis generaciones desde Abrahán hasta Jesucristo. Mateo abrevió la lista omitiendo tres reyes de Judá que fueron prole del rey Joram y la reina asesina Atalía. Ella fue hija de la inicua reina Jezabel y usurpó el trono de Judá durante siete años. Después de anotar a Joram omite las siguientes tres generaciones o frutos de esta alianza inicua, a saber, Ocozías (que solo reinó un año), Joás (que comenzó a reinar a los siete años de edad) y Amasías (que reinó por veintinueve años). En cambio, él nombra enseguida a Uzías, que tuvo un reinado largo y próspero hasta que se atrevió a tomar el lugar de un sacerdote y ofrecer incienso en el templo y fue herido de lepra. Mateo también omitió de su genealogía el nombre de Joaquim hijo de Josías así como el de Hananías hijo de Zorobabel que a su vez llegó a ser el padre de Abiud.

Sin embargo, no deben asombrarnos estas omisiones de parte de Mateo, pues a veces las listas genealógicas se abreviaban. Por ejemplo, Esdras alista veintitrés nombres en su genealogía sacerdotal en 1 Crónicas 6:3-14 pero solo alista dieciséis para el mismo período cuando da su propia genealogía en Esdras 7:1-5.

Al considerar listas bíblicas de genealogías hay varias cosas que han de tenerse presentes. Ante todo, es bueno notar que las variaciones no se debieron a descuido. Los israelitas se interesaban mucho en la historia y eran muy cuidadosos al llevar los registros. Así, pues, en cuanto a la Tabla de las Naciones de Génesis (Gén. 10:1-32) se nos dice que es “singular en la literatura antigua. Este interés en las naciones refleja con exactitud el énfasis que da la Biblia a la historia. . . . Preocupación como ésta con la historia no se puede hallar en ninguna otra literatura sagrada del mundo.”—The Interpreter’s Dictionary of the Bible, tomo 3, pág. 515.

Además nótese que todos los escritores de la Biblia eran hombres honrados, guiados por la elevada norma de moralidad que se manifiesta en la Biblia. Y, más que eso, escribían bajo la influencia del espíritu santo de Jehová.—2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:21.

Es bueno recordar también que la manera en que los hombres registraban las cosas en tiempos antiguos era diferente de la manera en que se hacen esas cosas hoy. Por ejemplo, ciertos términos encerraban más significado que hoy. Así sucede que Abrahán habló a Lot diciendo: “Nosotros somos hermanos.” (Gén. 13:8) Sin embargo, Abrahán realmente era tío de Lot. Igualmente la reina de Babilonia se refirió a Nabucodonosor como padre de Belsasar, cuando Nabonido evidentemente era su padre y Nabucodonosor era su abuelo. (Dan. 5:11) De hecho, a menudo “padre” se usa para referirse a un antepasado más remoto. Por eso repetidas veces en las Escrituras Griegas Cristianas se llama a Abrahán “el padre de nosotros,” cuando realmente era un antepasado lejano.—Hech. 7:2; Rom. 4:12; Sant. 2:21, Kingdom Interlinear Translation.

El considerar esos factores nos ayuda a entender por qué los escritores de la Biblia se expresaron como lo hicieron al registrar ciertas listas genealógicas y así se remueven dificultades aparentes.

 

Contradicción #33

¿Quién fue el padre de Sala?

(a) Cainán (Lucas 3:35-36)

(b) Arphaxad (Génesis 11:12)

 

El padre de Selah fue Arpaksad (Génesis 10:24; 11:12). El nombre “Cainán”, citado en Lucas 3:36, bien pudiera ser una distorsión del término “caldeos”. Si así fuera, el texto original diría “el hijo del caldeo Arpaksad”. Otra posibilidad es que los nombres Cainán y Arpaksad aludan a la misma persona. Cabe mencionar que la expresión “hijo de Cainán” no aparece en algunos manuscritos (Lucas 3:36)

Contradicción #34

¿Era Juan el Bautista Elías, que había de venir?

(a) Sí (Mateo 11:14, 17:10-13)

(b) No (Juan 1:19-21)

¿Por qué creían algunos judíos que Juan el Bautizante era Elías, como se menciona en Juan 1:21?

Antes de que Jesús fuera bautizado, algunos sacerdotes y levitas cruzaron el Jordán y llegaron a Betania, donde Juan estaba bautizando, y le preguntaron si él era el Cristo. Cuando Juan dijo que no lo era, le preguntaron: “¿Qué, entonces? ¿Eres Elías?”. (Juan 1:19-28.)

¿Por qué creían aquellos judíos que Juan tal vez era el profeta hebreo Elías, que había muerto unos nueve siglos antes? Se debía a una profecía que se había pronunciado más o menos a mediados del tiempo que transcurrió entre los días de Elías y el principio del ministerio de Juan. Malaquías, profeta de Dios, había predicho: “¡Miren! Envío a ustedes a Elías el profeta antes de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor” (Malaquías 4:5). Algunos judíos aparentemente supusieron que esto significaba que Elías había de regresar en sentido físico, tal vez por medio de ser resucitado por Dios. Entonces apareció Juan usando una prenda de vestir de pelo de camello y un cinturón de cuero, tal como los que había llevado Elías (Mateo 3:4; 2 Reyes 1:8). Además, Juan fue franco al proclamar el mensaje de Dios que hacía un llamamiento al arrepentimiento, al igual que lo había hecho Elías. Por eso preguntaron a Juan si él era Elías.

Juan respondió: “No lo soy”. No, él no era el profeta hebreo Elías mismo, quien todavía estaba dormido en la muerte. De hecho, un ángel había dicho a Zacarías (quien llegó a ser padre de Juan) que Juan había de servir con “el espíritu y poder de Elías” a fin de hacer que los judíos se volvieran a Jehová (Lucas 1:17). Juan no había de ser Elías, sino que había de hacer una obra semejante a la que efectuó el profeta Elías, quien había muerto hacía mucho tiempo.

En armonía con eso y teniendo presente a Juan, Jesús luego dijo: “Elías ya ha venido y ellos no lo reconocieron” (Mateo 17:12). El quiso decir que Juan había cumplido la profecía de Malaquías 4:5. Había preparado el camino para el Mesías. No obstante, la mayor parte de los judíos no quisieron admitir que Juan había desempeñado dicho papel. Además, en Juan 10:41 está escrito: “Juan, en realidad, no ejecutó una sola señal”, mientras que el profeta original Elías ejecutó ocho señales o milagros.

 

Contradicción #35

¿Habría Jesús de heredar el trono de David?

(a) Sí. Así lo dijo el ángel (Lucas 1:32)

(b) No, ya que es un descendiente de Joacim (ver Mateo 1:11 y 1 Crónicas 3:16). Joacim fue maldecido por Dios, de manera que ninguno de sus descendientes pudiera sentarse en el trono de David (Jeremías 36:30 y 23:30)

Después de la rendición de Joaquín, Nabucodonosor hizo ascender al trono de Judá a su tío Sedequías. (2Cr 36:9, 10.) Así cumplió la profecía de Jeremías, según la cual Jehoiaquim no tendría a nadie que se sentara sobre el trono de David. (Jer 36:30.) Joaquín tan solo gobernó tres meses y diez días.

María era de la tribu de Judá y descendiente de David. Por consiguiente, se podía decir que su hijo Jesús “provino de la descendencia de David según la carne”. (Ro 1:3.) Por su padre adoptivo José, descendiente de David, Jesús tenía el derecho legal al trono de David, y por su madre, como “prole”, “descendencia” y “raíz” de David, tenía el derecho hereditario natural al “trono de David su padre”. (Mt 1:1-16; Lu 1:32; Hch 13:22, 23; 2Ti 2:8; Rev 5:5; 22:16.)

Contradicción #36

¿Sobre cuantos animales montó Jesús al entrar en Jerusalén?

(a) Uno- un pollino (Marcos 11:7; cf. Lucas 19:35).

“Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus vestidos, y se sentó sobre él”.

(b)Dos-un pollino y un asno (Mateo 21:7).

“Y trajeron el asno y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y se sentó sobre ellos”.

Hay quien opina que los relatos de los evangelios acerca del animal sobre el que Jesús cabalgó cuando entró triunfalmente en Jerusalén no están de acuerdo. Marcos (11:7), Lucas (19:35) y Juan (12:14, 15) indican que Jesús cabalgó sobre un pollino o un asno joven, pero no dicen que también hubiese un asna. Sin embargo, Mateo (21:7) escribe que los discípulos “trajeron el asna y su pollino, y pusieron sobre estos las prendas de vestir exteriores de ellos, y él se sentó sobre estas”. Es obvio que Jesús no se sentó sobre los dos animales, sino sobre las prendas de vestir que se habían colocado encima del pollino. Así pues, ya que no cabalgó sobre el asna, sino sobre su pollino, Marcos, Lucas y Juan no hacen ninguna referencia en sus relatos a que también hubiese un asna.

Contradicción #37

¿Cómo supo Simón Pedro que Jesús era el Cristo?

(a) Por medio de una revelación de los cielos (Mateo 16:17)

(b) Su hermano Andrés le dijo (Juan 1:41)

En Juan 1:14 El hecho que Andrés le dice a su hermano que habían encontrado a Cristo y se reunieran con él, no quiere decir forzosamente que Pedro allá puesto fe inmediatamente en Jesús.

En Mateo 16:17 Analizando el contexto, Cristo hace alusión a que solamente el Padre da entendimiento y discernimiento por medio del espíritu santo para entender asuntos divinos.

Mat. 16:13-19.  El Hijo de Dios les había preguntado a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” Su respuesta fue: “Algunos dicen Juan el Bautista, otros Elías, todavía otros Jeremías o uno de los profetas.” “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?” continuó Jesús. Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” Entonces Jesús dijo: “Feliz eres, Simón hijo de Jonás, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre que está en los cielos. También, yo te digo a ti: Tú eres Pedro, y sobre esta masa de roca edificaré mi congregación, y las puertas del Hades no la subyugarán. Yo te daré las llaves del reino de los cielos.”—Mat. 16:13-19.

Note lo que se consideraba… la identidad del “Hijo del hombre.” Pedro identificó a Jesús correctamente como “el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” Porque el Padre le había revelado esto a Pedro, evidentemente por medio de la operación del espíritu santo.

 

Contradicción #38

¿Dónde encontró Jesús por primera vez a Simón Pedro y Andrés?

(a) Andando junto al mar de Galilea (Mateo 4:18-22)

(b) En el río Jordán (Juan 1:42). Después de esto, Jesús decide ir a Galilea (Juan 1:43).

Su hermano Andrés —discípulo de Juan el Bautista— fue quien lo dirigió a Jesús, y Pedro fue uno de sus primeros discípulos. (Jn 1:35-42.) Precisamente en esta ocasión Jesús le dio el nombre Cefas (Pedro) (Jn 1:42; Mr 3:16), y es probable que este nombre fuera profético. Jesús, que pudo percibir que Natanael era un hombre ‘en quien no había engaño’, también pudo discernir el carácter de Pedro. Este, en efecto, manifestó cualidades comparables a las de una roca, en especial después de la muerte y resurrección de Jesús, al convertirse en una influencia fortalecedora para sus compañeros cristianos. (Jn 1:47, 48; 2:25; Lu 22:32.)

Más tarde, en Galilea, Pedro, su hermano Andrés y sus socios Santiago y Juan, recibieron la llamada de Jesús para ser “pescadores de hombres”. (Jn 1:35-42; Mt 4:18-22; Mr 1:16-18.) Jesús había escogido la barca de Pedro para hablar desde ella a la multitud que se encontraba en la orilla, y después hizo que se produjera una pesca milagrosa que impulsó a Pedro, quien al principio se había mostrado escéptico, a caer ante Jesús con temor. Tras este suceso, él y sus tres compañeros no vacilaron en abandonar su negocio para seguir a Jesús. (Lu 5:1-11.) Cuando Jesús escogió a sus doce “apóstoles”, o ‘enviados’, entre los que se hallaba Pedro, este ya llevaba aproximadamente un año de discipulado. (Mr 3:13-19.)

 

Contradicción #39

Cuando Jesús se encontró con Jairo, ¿ya estaba su hija muerta?

(a) Sí. Mateo 9:18 lo cita diciendo: “Mi hija acaba de morir…”

(b) No. Marcos 5:23 lo cita diciendo: “Mi hija está agonizando…”

En el relato Lucas dice que esta era su única hija, y que ella tenía doce años de edad. Marcos y Lucas dicen que ella estaba «al borde de la muerte», y la información de su muerte fue traída a Jesús por un emisario del jefe de la sinagoga, mientras él se dirigía al encuentro de la niña. Mateo combino los dos hechos, y plasmo los hechos que realizo Jesús, sin detenerse en un punto particular para exponer la forma en que se hizo.

Comparando con la versión que Marcos y Lucas dan de los hechos que siguen, se notará que Mateo, una vez más, no se interesó por los detalles. Tampoco se interesó por el drama de la situación. Mateo en la resurrección de la niña, solamente quiso recalcar el poder soberano de Jesús.

Contradicción #40

¿Les permitió Jesús a sus discípulos llevar un bordón para el camino?

(a) Sí (Marcos 6:8)

(b) No (Mateo 10:9 y Lucas 9:3)

Estos versículos contienen parte de las instrucciones de Jesús cuando envió a los doce apóstoles a una gira de predicación. Mateo 10:9, 10 dice: “No consigan . . . ni alforja para el viaje, ni dos prendas interiores de vestir, ni sandalias, ni báculos; porque el obrero merece su alimento.” Y Marcos 6:8, 9 dice: “Les dio órdenes de que no llevasen nada para el viaje, sino solamente un báculo; ni pan, ni alforja, ni dinero de cobre en sus bolsas al cinto, pero que se atasen sandalias, y no llevasen puestas dos prendas interiores de vestir.”—Compare con Lucas 9:3.

Es obvio que Jesús no esperaba que los apóstoles emprendieran el viaje con hambre, desnudos ni descalzos. Pero no había necesidad de que hicieran preparativos especiales, como el comprar o ponerse “dos prendas interiores de vestir.” Las prendas de vestir y las sandalias que llevaban puestas bastaban. De modo similar, si ya tenían un báculo, podían llevarlo, pero no debían comprar un báculo adicional u obtener uno de repuesto para el viaje.

Básicamente, Jesús estaba aconsejando: ‘Vayan como están, con las prendas de vestir, sandalias y báculos que tienen. No hagan sus propias provisiones; los que oigan y respondan a su mensaje los recibirán en sus casas y los ayudarán, porque un trabajador merece su alimento.’ Esto estaba de acuerdo con el consejo de Jesús en el Sermón del Monte. (Mat. 6:25-34) En vez de agobiarse con cosas materiales excesivas, los apóstoles se podían concentrar en su asignación, confiando en la promesa que les había hecho Jesús de que no les faltaría nada.

 

Contradicción #41

¿Pensó Herodes que Jesús era Juan el Bautista?

(a) Sí (Mateo 14:2 y Marcos 6:16)

(b) No (Lucas 9:9)

Tiempo después de que Herodes mato a Juan el bautista, Antipas quedó aterrorizado cuando oyó del ministerio de Jesús (de su predicación, de que hacía curaciones y expulsaba demonios), temiendo que fuese en realidad Juan que había sido levantado de entre los muertos. A partir de entonces tuvo gran interés en ver a Jesús, no para oír su predicación, sino debido a que no estaba seguro de su identidad. (Mt 14:1, 2; Mr 6:14-16; Lu 9:7-9.)

 

Contradicción #42

¿Reconoció Juan el Bautista a Jesús antes de su bautismo?

(a) Sí (Mateo 3:13-14)

(b) No (Juan 1:31-33)

La afirmación de Juan en Juan 1:33 que no había conocido a Jesús, excepto por ver el Espíritu Santo posarse sobre él, se puede entender en el sentido de que Juan no hubiera sabido con seguridad si Jesucristo era el Mesáis prometido, sin esta señal definida. Cabe recordar que Juan estaba lleno del Espíritu Santo desde antes de su nacimiento (Lucas 1:15) y tenemos constancia de un que conocía a Jesús. Incluso mientras que Juan estaba en el vientre de su madre. Lucas 1:41-44 relata que cuando María visitó a la madre de Juan, Juan salto de alegría cuando él estaba en el todavía en el útero.

Contradicción #43

¿Reconoció Juan el Bautista a Jesús después de su bautismo?

(a) Sí (Juan 1:32-33)

(b) No (Mateo 11:2)

En el pasaje de Juan 1:29-36 es muy claro que Jesús es completamente reconocido por Juan.

Juan ya sabía que Jesús era el Mesías, pues había escuchado a Jehová aprobándolo. ¿Por qué, entonces, le preguntó a Jesús si él era “Aquel Que Viene”? Tal vez quería que el propio Jesús se lo confirmara. Pero es muy probable que, además, quisiera saber si iba a venir “uno diferente” con poder del Reino para cumplir todas las esperanzas de los judíos. La respuesta que recibió Juan mostró que Jesús no iba a tener ningún sucesor.

Contradicción #44

Según el Evangelio de Juan, ¿qué fue lo que Jesús dijo acerca de dar testimonio de sí mismo?

(a) “Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero” (Juan 5:31).

(b) “…Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero…” (Juan 8:14)

Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es válido «(Juan 5:31) en comparación con» Aunque yo doy testimonio de mi mismo, mi testimonio es válido «(Juan 8:14). Parece ser una contradicción, pero sólo si se ignora el contexto.

 

En Juan 5: Jesús está hablando de que él no puede levantarse como el Mesías ni el Hijo de Dios, a menos que esté en consonancia con la palabra revelada de Dios. Es decir, sin el cumplimiento de las profecías que se habla en el Antiguo Testamento sobre él su testimonio no sería verdadero. Pero como lo hizo Jesús cumplirlas, y fue bautizado por Juan el bautista, del cual los profetas también hablaron como aquel que prepararía el camino para el Mesías (ver # 34), entonces Jesús era realmente quien decía ser, el Hijo de Dios . Jesús se dirige  a sus oyentes y les habla acerca de las escrituras judías, que estudió con diligencia: «Estos son los que dan testimonio de mí.”

Juan 8:14 Si lo que yo digo de mí mismo, no tuviera otro fiador que mi sola palabra, entonces podrías dudar o desconfiar de mi testimonio, porque dirías que ninguno es buen testigo, ni juez en su propia causa. Mas los testimonios de los profetas, y los milagros que yo hago prueban, que, cuando digo que he venido de Dios, y que debo volver a él, no digo una cosa que no sepa, y que no merezca ser creída. De aquí se ve que lo que dijo en el cap. 5,31, fue por concesión.

Contradicción #45

Cuando Jesús entro en Jerusalén, ¿purificó el Templo ese mismo día?

(a) Sí (Mateo 21:12)

(b) No. Él entró en el Templo y miró alrededor, pero como era muy tarde no hizo nada. En vez de eso, se fue a Bethania con sus discípulos a pasar la noche, y regresó la mañana siguiente para purificar el Templo (Marcos 11:1-17)

La clave para entender se puede encontrar en que Mateo usa una escritura narrativa a diferencia de sus condiscípulos. El a veces organizaba el material por temática en lugar de hacerlo cronológicamente. Vea la siguiente pregunta (# 46) para más detalles.

Contradicción #46

Los evangelios dicen que Jesús maldijo a una higuera. ¿Se secó la misma inmediatamente?

(a) Sí (Mateo 21:19)

(b) No. Se secó por la noche (Marcos 11:20)

Las diferencias encontradas entre los relatos de Mateo y Marcos, relativos a la higuera tienen mucho que ver con el orden que Mateo y Marcos utilizaron  en la organización de su material. Cuando estudiamos la técnica narrativa de Mateo, en general, encontramos que a veces los arreglos de su material se dan en un orden de actualidad y no en el estricto orden cronológico en el que con mayor frecuencia es característico de Marcos y Lucas.

 

Por ejemplo, si nos fijamos en los capítulos 5-7 de Mateo que se refieren al  sermón de monte, es muy posible que las porciones del sermón del monte enseñanzas se encuentran a veces en otros lugares, como en el Sermón del monte en Lucas (6,20-49). La tendencia de Mateo fue agrupar su material en los temas de acuerdo a una secuencia lógica no tanto a una secuencia cronológica. Encontramos otro ejemplo de esto expuesto en una serie de parábolas del reino de los cielos que conforman el capítulo 13. Una vez que un tema ha sido abordado, Mateo prefiere llevar el tema hasta su conclusión, como regla general.

 

Cuando lo vemos desde esta perspectiva, es del evangelio de Marcos  que esperamos encontrar una secuencia cronológica de los eventos. En el relato de Mateo nos encontramos con que Jesús fue al templo ambos días, el  domingo de Ramos y el lunes siguiente. Pero en Marcos 11:11-19 se dice claramente que Jesús no expulsar a los mercaderes del templo hasta el lunes, después de haber maldecido a la higuera estéril (versículos 12 a 14).

 

Para concluir entonces, Mateo consideró que convenía a su enfoque temático para incluir la acción ayer por la tarde el domingo por la tarde con la observación inicial, mientras que Marcos prefirió seguir una secuencia cronológica estricta. Estas diferencias no son contradictorias, sino simplemente muestran un estilo diferente de cada escritor.

Contradicción #47

¿Besó Judas a Jesús?

(a) Sí (Mateo 26:48-50)

(b) No. Judas no pudo acercarse lo suficiente a Jesús para besarlo (Juan 18:3-12)

Esto es más bien de una aparente discrepancia, porque en ninguna parte en el relato de Juan se dice que Judas no pudo acercarse lo suficiente a Jesús para besarlo. El hecho de que Juan no menciona un beso no significa que Judas no hizo uso de un beso. Muchas veces hemos visto que uno de los escritores del evangelio incluye una pieza de información que otro escritor omite. Eso no implica que uno está mal, sólo que, como testigos, consideran que un evento por diferentes medios, por lo que incluyen en su testimonio sólo lo que ellos consideran importante.

 

Contradicción #48

¿Qué es lo que Jesús dijo acerca de la negación de Pedro?

(a) “No cantará el gallo de ninguna manera hasta que me hayas repudiado tres veces” (Juan 13:38)

(b) “…Hoy tú, sí, esta noche, antes de que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”  (Marcos 14:30). Cuando el gallo cantó una vez, las tres negaciones aun no habían sido completadas (ver Marcos 14:72). Por lo tanto la predicción (a) falló.

Ha habido diversas opiniones sobre el significado del canto del gallo (gr. a·le·kto·ro·fō·ní·a) debido a que Jesús lo mencionó cuando predijo que Pedro lo negaría tres veces. (Mt 26:34, 74, 75; Mr 14:30, 72; Lu 22:34; Jn 13:38.) Ciertas declaraciones de la Misná judía (Baba qamma 7:7) han llevado a algunos a pensar que no se criaban gallos en Jerusalén, ya que su costumbre de escarbar la tierra ocasionaba inmundicia ceremonial. Dicen que el canto del gallo al que se refirió Jesús era en realidad el gallicinium romano, una señal horaria que emitían con una especie de clarines al final de la tercera vigilia de la noche los guardas romanos estacionados en las escalinatas de la Fortaleza Antonia de Jerusalén.

Sin embargo, las referencias del Talmud judío indican que sí se criaban gallos en Jerusalén en aquellos tiempos. (Como ejemplo, véase la Misná, Eduyot 6:1.) Otra prueba es que Jesús escogió el símil de una ‘gallina que reúne a sus pollitos debajo de sus alas’ cuando se lamentó por la ciudad de Jerusalén (Mt 23:37), y sabido es que el Gran Maestro escogía las ilustraciones que sus oyentes podían entender con facilidad. Por lo tanto, parece ser que no hay buena razón para creer que las palabras que Jesús dirigió a Pedro se referían a algo distinto del canto del gallo literal.

Otros señalan una aparente contradicción en los cuatro relatos, pues Mateo, Lucas y Juan solo mencionan un canto del gallo, mientras que Marcos pone en boca de Jesús las palabras: “En verdad te digo: Hoy tú, sí, esta noche, antes que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”, y luego las repite al relatar lo que sucedió. (Mr 14:30, 72.)

Es obvio que más bien que una contradicción, se trata de un caso en el que un escritor ofrece un relato más detallado que los demás. El incidente tiene que ver con Pedro, y como Marcos pasó mucho tiempo con él y también escribió su evangelio con su ayuda o basándose en su testimonio, es razonable que su relato sea el más detallado. (En otras ocasiones Mateo ofrece más detalles, como se puede ver cuando se compara Mt 8:28 con Mr 5:2 y Lu 8:27, y Mt 20:30 con Mr 10:46 y Lu 18:35.) De modo que Marcos especifica que Jesús habló de dos cantos del gallo, mientras que los otros tres escritores solo mencionan el segundo y último, el que hizo que Pedro cediera a las lágrimas, lo que no significa que no hubiera habido otro antes.

En los países del Mediterráneo oriental el canto del gallo ha sido durante mucho tiempo, y todavía lo sigue siendo, una señal horaria: hay un primer canto del gallo alrededor de medianoche y uno después, hacia el amanecer; también se habla de otro entre estos dos. Respecto a Juan 13:38, la obra Commentary on the Bible, de A. Clarke, dice: “Los judíos, y algunas otras naciones, dividían el canto del gallo en primera, segunda y tercera vez”. Aunque en la actualidad no es posible asignar horas específicas a estos cantos periódicos del gallo, es suficiente con saber que existían y que las tres negaciones de Pedro tuvieron lugar antes de dos de esos cantos.

 

Contradicción #49

¿Cargó Jesús su cruz (madero)?

(a) Sí (Juan 19:17)

(b) No (Mateo 27:31-32)

Juan (19:17) dijo: “Cargando el madero de tormento para sí mismo, [Jesús] salió al llamado Lugar del Cráneo, que en hebreo se llama Gólgota”. No obstante, Mateo (27:32), Marcos (15:21) y Lucas (23:26) dicen que, ‘cuando iban saliendo, obligaron a Simón de Cirene a rendir servicio para que cargara con el madero de tormento’. Tal como declaró Juan, Jesús llevó su madero de tormento. Sin embargo, no añadió en su relato resumido que luego obligaron a Simón a cargar con el madero. Por lo tanto, los relatos evangélicos concuerdan en este punto.

Contradicción #50

¿Murió Jesús antes que se rasgara el velo del Templo?

(a) Sí (Mateo 27:50-51 y Marcos 15:37-38)

(b) No. Después que el velo se rasgara, Jesús, clamando a gran voz, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y habiendo dicho esto, expiró (Lucas 23:45-46)

Después de leer los tres pasajes Mateo 27:50-51, Marcos 15:37-38 y Lucas 23:45-46, no está claro donde las contradicciones aparentes. Los tres pasajes apuntan al hecho de que en el momento de la muerte de Jesús el velo del templo se rasgó.

El hecho de que Mateo y Marcos mencionan el velo del Templo antes  de la muerte de Jeús, mientras que Lucas menciona los hechos en orden inverso, significa que son por lo tanto contradictorios.

Todos coinciden en que estos dos hechos ocurrieron al mismo tiempo por una razón muy buena, porque el velo estaba allí como una barrera entre Dios y el hombre. Su destrucción, coincide con la muerte del Mesías, lo que da al hombre la oportunidad por primera vez desde la expulsión de Adán de la presencia de Dios en el jardín de Edén, para que una vez más puedan reunirse con él.

Contradicción #51

¿Dijo Jesús algo en secreto?

(a) No. “…y nada he hablado en oculto” (Juan 18:20)

(b) Sí. “Y sin parábola no les hablaba; mas a sus discípulos en particular declaraba todo” (Marcos 4:34). Sus discípulos le dijeron: “¿Por qué les hablas por parábolas? Y él respondiendo, les dijo: Por que a vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no es concedido” (Mateo 13:10-11).

Durante los tres años y medio de su ministerio, Jesús abarcó una gran parte del territorio de Israel. ¿Lo hizo de manera clandestina? ¿Visitó únicamente a un grupo restringido de iniciados? No. Predicó su mensaje públicamente, con frecuencia, ante multitudes. Poco antes de su muerte, cuando las autoridades religiosas judías le interrogaron acerca de su manera de enseñar, explicó: “Yo he hablado públicamente al mundo. Siempre enseñé en una sinagoga y en el templo, donde concurren todos los judíos; y no hablé nada en secreto”. (Juan 18:20.)

¿Se fijó usted en que el mensaje de Jesús se dirige a un público muchísimo más extenso que simplemente el de Palestina? ¡Se dirige al mundo entero! Jesús no dijo: ‘He hablado la palabra a todo el pueblo’, es decir, a todos los judíos. En vez de eso, con un sentido profético escogió la palabra específica para “mundo”. Por lo tanto, la doctrina que Jesús predicó no era de ninguna manera esotérica; era para todos, en todas partes.

Es cierto que Jesús empleaba lenguaje figurado, en especial cuando enseñaba por medio de parábolas o ilustraciones. Pero este método simplemente le permitía seleccionar a sus oyentes. Los que no estaban verdaderamente interesados en la enseñanza de Jesús sencillamente escuchaban sus parábolas y se iban sin tratar de profundizar en el asunto. Los que tenían verdadera sed de conocimiento se quedaban para escuchar explicaciones adicionales. De modo que el conocimiento estaba al alcance de todos los que lo buscaban con sinceridad. (Mateo 13:13, 34-36.)

El hecho de que el cristianismo está accesible a todos también se desprende del resto de las Escrituras. Por ejemplo: uno de los últimos versículos de la Biblia contiene la invitación de Dios de ‘venir y tomar gratis del agua de la vida’. Y dice específicamente: “Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida”. De nuevo se hace patente que el conocimiento bíblico había de hacerse disponible a todos. (Revelación 22:17; compárese con Isaías 55:1.)

No obstante, aunque el conocimiento de Dios está accesible a todos, se requiere esfuerzo para obtenerlo, de ahí las palabras de Mateo 13:10-11.

Contradicción #52

¿Dónde se encontraba Jesús durante la sexta hora el día de la crucifixión?

(a) En la cruz (madero) (Marcos 15:23)

(b) En el tribunal de Pilato (Juan 19:14)

Algunas personas han señalado la existencia de una aparente discrepancia entre Marcos 15:25, que dice que se colgó en un madero a Jesús para “la hora tercera”, y Juan 19:14, que indica que era “como la hora sexta” cuando terminó el juicio final de Jesús ante Pilato. Juan tenía acceso al relato de Marcos y sin duda pudo haber repetido la misma hora que este había registrado. Por consiguiente, debe haber tenido una razón para dar una hora diferente a la que dio Marcos.

¿Por qué esta aparente discrepancia? Se han dado varias explicaciones, pero ninguna es del todo satisfactoria. Sencillamente, no tenemos suficiente información para saber con seguridad la razón de la diferencia entre los dos relatos. Tal vez las referencias a la hora hechas tanto por Marcos como por Juan fueran parentéticas, no cronológicas. En cualquier caso, una cosa es cierta: ambos escribieron inspirados por espíritu santo.

Los evangelios sinópticos indican con claridad que para la hora sexta, o mediodía, Jesús llevaba suficiente tiempo colgado en el madero como para que los soldados hubieran echado suertes sobre sus prendas de vestir y los principales sacerdotes, los escribas, los soldados y otros transeúntes le injuriaran. También muestran que Jesús murió para las tres de la tarde. (Mt 27:38-45; Mr 15:24-33; Lu 23:32-44.)

 

Contradicción #53

Los evangelios nos dicen que dos ladrones fueron crucificados junto con Jesús. ¿Se burlaron ambos ladrones de él?

(a) Sí (Marcos 15:32)

(b) No. Uno de ellos se burló de él, el otro defendió a Jesús (Lucas 23:43)

En aquel tiempo, dos malhechores fueron fijados en maderos a los lados de Jesús. Uno de ellos había cesado de insultarlo como lo siguió haciendo el segundo salteador que colgaba al otro lado. El malhechor compasivo se volvió hacia él y dijo: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”, y así expresó fe en que Jesús, aunque colgaba a su lado, tendría un reino en el futuro. (Lucas 23:42; Marcos 15:32.) ¡Cómo tiene que haber conmovido esto el corazón del Señor Jesús! Aquel delincuente amigable creía que Jesucristo era inocente y que no merecía el castigo severo de ser fijado en un madero en deshonra pública. (Lucas 23:41.) Por su solicitud mostró que creía que Jesús sería resucitado de entre los muertos y entraría en un reino. El malhechor también mostró fe en que él mismo podría tener una resurrección y que Jesús lo llamaría de entre los muertos y lo favorecería con vida de nuevo en la Tierra.

Contradicción #54

¿Ascendió Jesús al Paraíso el mismo día de la crucifixión?

(a) Sí. Él le dijo al ladrón que lo defendió: “De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43)

(b) No. Él le dijo a María Magdalena dos días más tarde: “Deja de colgarte, porque aún no he ascendido al Padre” (Juan 20:17)
MIENTRAS moría en agonía colgado del madero de ejecución, el criminal le suplicó al hombre que colgaba a su lado: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. Jesús, aunque también estaba muriendo con dolor intenso, respondió: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”. (Lucas 23:42, 43.) ¡Qué esperanza tan consoladora para un moribundo!

Sin embargo, ¿notó usted que la Traducción del Nuevo Mundo —de la cual se cita en el párrafo anterior— pone un signo de puntuación después de la palabra “hoy” al traducir estas palabras de Jesús? Esto comunica que, aun en el día de su propia muerte, Jesús podía prometer vida en el Paraíso a aquel criminal. Por otro lado, la Nueva Biblia Española usa la siguiente puntuación para esas palabras de Jesús: “Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Casi todas las demás traducciones concuerdan con la Nueva Biblia Española, y transmiten la idea de que Jesús y aquel criminal moribundo iban a ir al Paraíso aquel mismo día. ¿A qué se debe la diferencia? ¿Y cuál es la puntuación correcta?

La realidad es que los manuscritos griegos más antiguos de la Biblia no tienen puntuación. Por eso, cuando se introdujeron los signos de puntuación, los copistas y traductores de la Biblia los pusieron de acuerdo con el entendimiento que tenían de la verdad bíblica. Entonces, ¿es la forma tradicional de traducir ese versículo la correcta? ¿Fueron Jesús y el malhechor al Paraíso el mismo día que murieron?

No; según la Biblia fueron al lugar llamado en griego Hades y en hebreo Seol, y estos términos se refieren al sepulcro común de la humanidad. (Lucas 18:31-33; 24:46; Hechos 2:31.) La Biblia dice sobre los que están en ese lugar: “En cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto […] No hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol [griego, Hades], el lugar adonde vas”. ¡Difícilmente pudiera llamársele a eso un paraíso! (Eclesiastés 9:5, 10.)

No fue sino hasta el tercer día cuando Jesús fue resucitado del Hades. Entonces, por casi seis semanas se apareció varias veces a sus seguidores en la tierra de Palestina. En una de aquellas ocasiones Jesús dijo a María: “Todavía no he ascendido al Padre”. (Juan 20:17.) Por eso, aun entonces Jesús no había ido a ningún lugar que pudiera llamarse un paraíso. (Revelación 2:7.)

En el siglo III E.C. —cuando se efectuaba una rápida combinación de la enseñanza cristiana y la filosofía griega— Orígenes citó las palabras de Jesús así: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso de Dios”. En el siglo IV E.C. ciertos escritores de la iglesia arguyeron en contra de colocar un signo de puntuación después de “hoy”. Esto muestra que la manera tradicional de leer las palabras de Jesús cuenta con una larga historia. Pero también indica que aun en el siglo IV E.C. algunos leían las palabras de Jesús como aparecen en la Traducción del Nuevo Mundo.

Aunque hoy también muchos traductores presentan lo que dice Lucas 23:43 con la puntuación eclesiástica tradicional, algunos usan la puntuación de la Traducción del Nuevo Mundo. Por ejemplo, en la traducción alemana del profesor Wilhelm Michaelis las palabras de Jesús se presentan así: “Verdaderamente, te aseguro aun hoy: Estarás conmigo (algún día) en el Paraíso”.

Entonces, ¿qué significaron para el malhechor las palabras de Jesús? Puede que aquel hombre hubiera oído afirmaciones de que Jesús era el Rey prometido. Sin duda sabía del título “rey de los judíos” que Pilato había hecho que se inscribiera y que se pusiera por encima de la cabeza de Jesús. (Lucas 23:35-38.) Aunque los líderes religiosos rechazaron obstinadamente a Jesús, el criminal arrepentido expresó su fe al decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. Él no esperaba gobernar con Jesús, sino que quería beneficiarse de la gobernación de Jesús. Por lo tanto, aun en el día más difícil de su vida Jesús prometió al malhechor que estaría con él en el Paraíso.

¿En qué paraíso? En la Biblia el Paraíso original fue el jardín o parque de Edén que nuestros primeros padres perdieron. La Biblia promete que aquel Paraíso terrestre será restaurado bajo el Reino de Dios, del cual Jesús es Rey. (Salmo 37:9-11; Miqueas 4:3, 4.) Por lo tanto, Jesús estará con aquel malhechor y un sinnúmero de otras personas que han muerto cuando las resucite de la tumba a vida en un paraíso terrestre y les dé la oportunidad de aprender a hacer la voluntad de Dios y vivir para siempre. (Juan 5:28, 29; Revelación 20:11-13; 21:3, 4.)

 

Contradicción #55

Cuando Pablo se encontraba camino a Damasco, vio una luz y escuchó una voz. ¿Escucharon la voz quienes estaban con él?

(a) Sí (Hechos 9:7)

(b) No (Hechos 22:9)

Un ejemplo en el que se diferencia oír un sonido y oír con entendimiento se halla en el relato de la conversión de Saulo de Tarso y en lo que él mismo dijo más tarde. (Hch 9:3-8; 22:6-11.) El relato de Hechos 9:7 dice que los hombres que iban con Pablo oyeron “la voz” (BJ) o “el sonido de una voz” (NM). Sin embargo, en Hechos 22:9 Pablo dice que los hombres que iban con él no oyeron la voz. Cuando se entiende bien lo que se dice en cada uno de estos dos versículos, no se observa ninguna contradicción. La palabra griega “voz” (fō·nḗ) de Hechos 9:7 está en genitivo (fō·nḗs), y en este versículo comunica la idea ‘oír de’ una voz, es decir, oír el sonido, pero no entender el significado. En Hechos 22:9 fō·nḗ está en acusativo (fō·nḗn): los hombres “no oyeron la voz”, es decir, aunque oyeron el sonido de una voz, no entendieron las palabras, el significado; no entendieron lo que Jesús le decía a Saulo, solo lo entendió él. (Hch 9:4.) Este conocimiento del uso bíblico de la idea de ‘oír’ en ambos sentidos ayuda a aclarar lo que de otro modo parecerían discrepancias.

Contradicción #56

Cuando Pablo vio la luz cayó al suelo. ¿Cayeron también sus compañeros de viaje?

(a) Sí (Hechos 26:14)

(b) No (Hechos 9:7)
Hechos 26:14 declara que la caída inicial se produjo cuando la luz se reflejaba en todo derredor, antes de que se escuchara la voz. Hechos 9:7 dice que los hombres «se quedaron  sin palabras» después de que la voz se había hablado. No habría tiempo suficiente para que puedan ponerse de pie mientras que la voz estaba hablando a Saúl, especialmente porque ellos no entendían nada de lo que se le estaba diciendo a Saulo. Saulo, en cambio, al oír la voz se quedo paralizado por el miedo cuando de repente se dio cuenta de que durante tanto tiempo había estado persiguiendo y matando a aquellos que estaban siguiendo a Dios.

Contradicción #57

¿Le dijo la voz a Pablo en el acto cuál sería su deber?

(a) Sí (Hechos 26:16-18)

(b) No. La voz le ordenó a Pablo entrar en la ciudad de Damasco y que allí se le haría saber que debía hacer. (Hechos 9:7 y 22:10)

A pablo se le dieron sus asignaciones en Damasco, como puede verse en Hechos 9 y 22. Sin embargo, en Hechos 26, el contexto es diferente. En este capítulo, Pablo no se preocupa por el orden cronológico o geográfico de los acontecimientos, porque les hablaba a personas que conocían su historia.

Contradicción #58

Cuando los israelitas estuvieron en Sittim, fornicaron con las hijas de Moab. Dios los azotó con una plaga. ¿Cuántas personas murieron en dicha plaga?

(a) Veinticuatro mil (Números 25:1 y 9)

(b) Veintitrés mil (1 Corintios 10:8)

Números 25:9 dice: “Los que murieron del azote [que Dios les envió por su conducta malvada] ascendieron a veinticuatro mil”. Sin embargo, el apóstol Pablo dijo: “Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos [los israelitas que estaban en el desierto] cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día”. (1 Corintios 10:8.) Puede que el número de ejecutados estuviera entre 23.000 y 24.000, de forma que cualquiera de las dos cifras sería satisfactoria. No obstante, el libro de Números especifica que los jueces ejecutaron “a todos los […] cabezas del pueblo” implicados en este pecado. (Números 25:4, 5.) Quizás hubo 1.000 “cabezas” culpables, lo que daría un total de 24.000 al añadirse a la cifra de 23.000 que cita Pablo. Parece que aunque hubo 23.000 víctimas directas del azote divino, los 24.000 sufrieron el azote de Jehová, pues todos murieron por su decreto de juicio adverso. (Deuteronomio 4:3.)

 

Contradicción #59

¿Cuántos miembros de la casa de Jacob vinieron a Egipto?

(a) Setenta almas (Génesis 46:27)

(b) Setenta y cinco almas (Hechos 7:14)

 

Hay varias explicaciones posibles. Una es que Hechos 7:14 se basa en la Versión de los Setenta o Septuaginta griega, y otra es que Esteban incluyó en la cifra a las esposas de nueve de los hijos de Jacob.

Examinemos primero lo que dijo Esteban, según se registra en Hechos 7:14: “De modo que envió José y mandó llamar a Jacob su padre y a todos sus parientes, en número de setenta y cinco almas”. Con esto presente podemos considerar lo que dice el registro de Génesis acerca del traslado de la familia de Jacob a Egipto.

Génesis 46:8 comienza así: “Ahora bien, éstos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos”. Luego hay una lista de los descendientes de Jacob, incluso algunos de sus bisnietos. La enumeración concluye con estas palabras: “Todas las almas que vinieron con Jacob a Egipto fueron las que procedieron de la parte superior de su muslo, aparte de las esposas de los hijos de Jacob. Todas las almas fueron sesenta y seis. Y los hijos de José que le nacieron en Egipto fueron dos almas. Todas las almas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta”. (Génesis 46:26, 27.)

La lista de 66 descendientes de Jacob se ha sumado de varias maneras. Algunos eruditos han incluido en el número a los hijos de Judá, Er y Onán, así como a sus nietos Hezrón y Hamul (Génesis 46:12). Otros no han tomado en cuenta a Er y a Onán, pues ellos ya habían muerto para el tiempo en que Jacob se mudó a Egipto (Génesis 38:6-10). Algunos estudiantes de la Biblia han incluido en la cifra a Dina, quien parece que nunca se casó, o quizás a Eliab, el nieto de Rubén a quien se menciona en Números 26:8. A los 66 descendientes pueden sumarse Jacob, José y sus dos hijos (éstos últimos tres no formaron parte del grupo que se mudó a Egipto). Así es como se llega al total de 70.

El discípulo Esteban ciertamente habría sabido que el texto hebreo decía que 66 miembros de la familia de Jacob se mudaron a Egipto. ¿Por qué, pues, dice Hechos 7:14 que Esteban usó la cifra de 75 miembros?

Algunos comentaristas bíblicos afirman que Esteban quizás haya basado su declaración en la manera de verter Génesis 46:27 en la Septuaginta griega. Esa versión da la cifra más alta porque en el versículo 20 añade cinco nombres (tres hijos de Manasés, y Efraín y dos nietos) que no se mencionan en el texto hebreo. O si Esteban mismo tuvo presente la cifra de 66 (que aparece en el texto hebreo), cuando Lucas escribió en griego el libro de Hechos tal vez haya dado la cifra que aparece en la Septuaginta, ya que esa traducción griega era la que usaba comúnmente la gente.

Pero sea que Esteban realmente haya dicho 75, o que esa cifra haya surgido de la versión griega de Génesis 46:27, la cantidad puede armonizarse con la cifra de 66 del texto hebreo si se le añaden las esposas de los hijos de Jacob, quienes no fueron incluidas en la cifra, según se dice específicamente en Génesis 46:26.

¿Por qué se contaría solamente a nueve esposas? De los doce hijos, la esposa de José no estaría entre ellas, pues ella era egipcia y José no la llamó para ir a Egipto (Hechos 7:13-15). Y para el tiempo en que se mudó la familia, la esposa de Judá había muerto (Génesis 38:12). Eso dejaría a 10 esposas como máximo. Es posible que la esposa hebrea de Simeón hubiera muerto también, pues al último hijo de Simeón, Saul, se le describe como “el hijo de una cananea” (Génesis 46:10). O la cantidad de nueve habría sido correcta si Benjamín, el hijo menor, aún no se hubiera casado cuando la familia se estableció en Egipto. Si así es, los hijos de Benjamín que se mencionan en Génesis 46:21 nacieron después que se mudó la familia, pero se les alista debido al papel que habrían de desempeñar en la tribu y la nación. (Compare con Hebreos 7:9, 10.) Por eso, si las esposas de nueve de los hijos de Jacob se suman a la cifra de 66 que se menciona en Génesis 46:26 en el texto hebreo, tenemos un total de 75, como dice la Septuaginta y como se lee en Hechos 7:14.

Está claro que aunque hay maneras razonables de entender las palabras de Hechos 7:14, así como las cifras del capítulo 46 de Génesis, no podemos ser dogmáticos en todos los detalles. Así que tenemos una razón más para esperar con anhelo el tiempo en que Dios resucitará a sus siervos de la antigüedad, pues podremos enterarnos directamente de los detalles exactos de muchos registros bíblicos. (Juan 5:28, 29.)

 

Contradicción #60

¿Qué hizo Judas con las piezas de plata que recibió por traicionar a Jesús?

(a) Compró un campo (Hechos 1:18)

(b) Arrojó todas las piezas de plata en el Templo y se marchó. Los sacerdotes no pudieron echarlas en el tesoro del mismo porque era precio de sangre, así que las utilizaron para comprar un campo para enterrar a los extranjeros (Mateo 27:5).

Según Mateo 27:6, 7, los principales sacerdotes decidieron que no podían colocar el dinero en la tesorería sagrada, así que ellos lo usaron para comprar el campo. El relato de Hechos 1:18, 19, dice sobre Judas: “Este mismo hombre, por tanto, compró un campo con el salario de la injusticia”. La respuesta parece ser que los sacerdotes compraron el campo, pero, como Judas aportó el dinero, se le podía atribuir el hecho a él. El doctor A. Edersheim señaló: “No era lícito introducir en la tesorería del templo, para la adquisición de cosas sagradas, dinero obtenido de manera ilegal. En estos casos, la ley judía disponía que se devolviese el dinero al donante, y si este insistía en darlo, había que inducirle a que lo dedicara a algo de beneficio público […]. Por una ficción legal se entendía que el dinero era de Judas, y que él lo había destinado a la compra del conocido ‘campo del alfarero’”. (The Life and Times of Jesus the Messiah, 1906, vol. 2, pág. 575.) Esta compra sirvió para que se cumpliese la profecía de Zacarías 11:13.

Contradicción #61

¿Cómo murió Judas?

(a) Después de arrojar las piezas de plata en el Templo fue y se ahorcó (Mateo 27:5)

(b) Después de adquirir un campo con el salario de su iniquidad, cayó de cabeza reventando ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron derramados* (Hechos 1:18) — La Reina Valera (RV1909) no hace mención de la caída de Judas, y más bien aumenta la frase “…y colgándose, reventó por medio…”.

Según Mateo 27:5, Judas se ahorcó. Sin embargo, Hechos 1:18 dice: “Cayendo de cabeza, reventó ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron derramados”. Mateo dice cómo intentó suicidarse, mientras que en Hechos se registra el resultado. Combinando ambos relatos, parece que Judas intentó ahorcarse sobre algún peñasco, pero la cuerda o la rama se rompió, de modo que cayó y se reventó en las rocas que había debajo. La topografía de los alrededores de Jerusalén permite esta explicación.

Contradicción #62

¿Por qué se llama a ese campo “Campo de Sangre”?

(a) Porque los sacerdotes lo compraron con precio (dinero) de sangre (Mateo 27:8)

(b) Debido a la sangrienta muerte de Judas acaecida allí (Hechos 1:19)
AKÉLDAMA Nombre que los judíos le dieron al campo comprado con el “salario de la injusticia” pagado a Judas Iscariote por traicionar a Jesucristo. (Hch 1:18, 19.) Se ha relacionado este campo con Haqq ed-Dumm (que significa: “Precio de Sangre”), un terreno llano situado en la parte meridional del valle de Hinón, sobre la “Colina del Mal Consejo”, y que se encuentra a poca distancia del punto de ascenso a la pendiente. En este lugar se hallan los restos de un osario. Ligeramente al SE. se encuentra el Minzar Haqal Dema’ (Monasterio de Akéldama), construido sobre restos de tumbas cavadas en la ladera.

El comentario registrado en Hechos 1:18 respecto a que Judas “compró un campo” indica que o bien aportó los medios para su compra en ese momento, o bien fue entonces cuando se materializó la compra. El relato de Mateo 27:3-10 muestra que los sacerdotes emplearon las treinta piezas de plata (en siclos, 66 dólares [E.U.A.]) que Judas arrojó en el templo para efectuar la compra, y que este “Campo de Sangre” antes había sido un campo que los sacerdotes habían obtenido de un alfarero para “sepultar a los extraños”. La zona referida en el primer párrafo como probable ubicación de dicho campo se ha usado desde los primeros siglos como lugar de entierro.

 

Contradicción #63

¿Quién es un rescate para quién?

(a) “Porque el Hijo del hombre [sic.] vino para… y dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45). “…Jesucristo hombre; el cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos…” (1 Timoteo 2:5-6)

(b) “El rescate del justo es el impío; y por los rectos, el prevaricador” (Proverbios 21:18)

¿quiénes se benefician del rescate de Jesús? Los humanos que ejercen fe en esta provisión y que de ese modo llegan a estar en armonía con Dios. Al servirle fielmente pueden ser librados del pecado y su pena, la muerte, y recibir vida eterna. (Juan 17:3.)

El primer hombre podía decidir si obedecería a Dios o no. Escogió desobedecerle. “Adán no fue engañado”, sino que murió como pecador voluntarioso. (1 Timoteo 2:14.) Pero ¿qué hay de los descendientes de Adán? Ellos podían escoger entre servir a Dios lo mejor que pudieran en su imperfección o desobedecer a su Creador. (Josué 24:15.)

Jesús vino “para dar su alma en rescate en cambio por muchos”. (Marcos 10:45.) Pero ¿quiénes son los “muchos”? Es patente que Adán queda excluido, pues aunque era hombre perfecto, escogió deliberadamente desobedecer a Dios y murió como pecador voluntarioso impenitente. Pero ¿qué hay de su gran familia, que asciende a miles de millones de personas? Por el precio correspondiente Jesucristo contrapesa la condenación que heredó la familia de Adán. (Compárese con 1 Timoteo 2:5, 6.) Jesús aplica a favor de los “muchos” creyentes el mérito de su precio redentor.

Entre los creyentes rescatados hay tanto judíos como gentiles, o gente de las naciones. Pablo dice: “Como mediante una sola ofensa el resultado a toda clase de hombres fue la condenación, así mismo también mediante un solo acto de justificación el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos para vida”. (Romanos 5:18.) Al morir en el madero, “Cristo, por compra, […] libró [a los judíos] de la maldición de la Ley, llegando a ser una maldición en lugar de [ellos], porque está escrito: ‘Maldito es todo aquel que es colgado en un madero’”. (Gálatas 3:13; Deuteronomio 21:23.) En Romanos 4:11 se alude a los gentiles cuando se dice que aunque Abrahán —antepasado de los judíos— todavía era incircunciso, llegó a ser “el padre de todos los que tienen fe mientras están en incircuncisión”. En vista de esto, el sacrificio de rescate de Jesús beneficia a creyentes judíos y gentiles.

El derrotero que cada persona escoge determina si se ha de beneficiar del sacrificio de Jesús o no. Como en el caso de Adán, a los inicuos voluntariosos no se les obliga a aceptar el mérito del rescate ni la vida eterna. Como dijo Cristo: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”. (Juan 3:36.) El rescate también hace posible la resurrección de los muertos que están en la memoria de Dios. (Juan 5:28, 29.) Si son obedientes y muestran aprecio, el que se les apliquen los beneficios del rescate significa que vivirán para siempre. Pero para los que viven en estos “últimos días” existe la posibilidad de alcanzar la vida eterna sin jamás tener que morir. (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:3-14, 21, 34; Juan 11:25, 26.)

 

Pr 13:22; 21:18. A los justos se les promete que finalmente poseerán la Tierra; los inicuos serán eliminados de la Tierra como un “rescate” por los justos, pues mientras los inicuos dominen, los justos no podrán tener paz. Y las posesiones de los inicuos pasarán a los justos, como dice el proverbio: “La riqueza del pecador es algo que está atesorado para el justo”.

Contradicción #64

¿Es la ley de Moisés útil?

(a) Sí. “Toda Escritura es…útil…” (2 Timoteo 3:16)

(b) No. “…El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza e inutilidad…” (Hebreos 7:18)

LA LEY que Dios les dio a los israelitas fue perfecta. Con respecto a esa Ley las Escrituras nos dicen: “La Ley es santa, y el mandamiento es santo y justo y bueno.” (Rom. 7:12) Sin embargo, se pudiera preguntar: Pues ¿por qué también dice la Biblia que el pacto de la Ley tenía una debilidad, un defecto?

Leemos: “Si aquel primer pacto hubiese sido sin defecto, no se habría buscado lugar para uno segundo.” (Heb. 8:7) “Ocurre un poner a un lado del mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia. Porque la Ley no llevó nada a la perfección.”—Heb. 7:18, 19.

Para entender cómo se puede referir a una ley perfecta como ‘débil’ e ‘ineficaz,’ es preciso tener presente que la perfección puede ser relativa. Por ejemplo, una clavija perfectamente redonda es inapropiada para llenar un agujero cuadrado.

De modo similar, en el caso de la Ley, no podía hacer aquello para lo cual no estaba destinada. No obstante, era santa, justa y buena, sí, sin defecto, en cuanto al propósito de Dios respecto a ella. ¿Para qué propósito sirvió?

En respuesta a esta pregunta, el apóstol Pablo escribió: “Fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia . . . la Ley ha venido a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo.” (Gál. 3:19, 24) “La Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas.”—Heb. 10:1.

La Ley cumplió perfectamente su propósito de hacer manifiestas las transgresiones. Estableció límites, señalando claramente lo que Jehová Dios requería en cuanto a la conducta de su pueblo. Los israelitas por ser imperfectos, no pudieron guardar esa Ley de manera perfecta. Por ende, hizo manifiestas sus transgresiones. La Ley mostraba innegablemente que los israelitas necesitaban ser perdonados por sus transgresiones, también que se necesitaba un sacrificio que realmente pudiera expiar los pecados de ellos.

Como tutor, la Ley sirvió para preparar a los israelitas para recibir al Mesías o Cristo. En tiempos antiguos, el tutor o pedagogo no era el maestro, como lo es un maestro de escuela. Su responsabilidad era evitarle al niño daño físico y moral. Podía disciplinar al niño e instruirlo en asuntos de conducta. Pero no suministraba toda la instrucción necesaria. El tutor acompañaba al niño a la escuela, entregándolo allí al instructor.

Pues bien, la Ley sí funcionó como un tutor antiguo. Sus reglamentos estaban destinados a proteger a los israelitas de dañar su relación con Jehová Dios y perjudicarse a consecuencia de eso. Se les dijo: “En todo el camino que Jehová su Dios les ha mandado, ustedes deben andar, a fin de que vivan y les vaya bien y realmente alarguen sus días en la tierra de la cual tomarán posesión.”—Deu. 5:33.

La Ley también disponía acción disciplinaria estricta. Los malhechores no quedaban sin castigo. Con respecto a violaciones serias de la Ley, como adulterio, asesinato y secuestro, leemos: “Cualquiera que ha desatendido la ley de Moisés muere sin compasión, por el testimonio de dos o tres.” (Heb. 10:28) La ejecución veloz de los transgresores deliberados servía para llenar a los observadores de un temor saludable y obraba como una fuerza restrictiva sobre la acción desaforada.

Cuando llegó el Mesías, un resto judío arrepentido con gusto lo recibió como su instructor. En el caso de éstos, la Ley cumplió su propósito como un tutor sin defecto.

Diversos aspectos de la Ley, incluso las fiestas, el tabernáculo y los sacrificios, tenían una sombra que representaba cosas mayores por venir. Una sombra da una idea de la forma general o diseño de la realidad que la arroja. De igual modo las sombras de la Ley ayudaron a los israelitas de corazón justo a identificar al Mesías, puesto que podían ver cómo él cumplió esas sombras. El apóstol Pablo señala esto al escribirles a los cristianos de Colosas: “La realidad pertenece al Cristo.”—Col. 2:17.

Sin embargo, aunque la Ley sirvió perfectamente para el propósito de Dios, no pudo hacer lo que no se le había asignado llevar a cabo. Se necesitaba algo más para producir limpieza permanente del pecado y dar a los individuos una conciencia limpia ante Jehová Dios. El nuevo pacto, que introdujo Dios por medio de Jesucristo, fue, por lo tanto, superior al viejo pacto de la Ley. El nuevo pacto fue hecho válido, no por medio de sacrificios animales, sino por medio del sacrificio del hombre perfecto Jesucristo. Ese sacrificio humano perfecto puede purificar de los pecados y dar una conciencia limpia a los que ejercen fe en su valor expiatorio.

Los sacrificios animales que se ofrecían bajo el arreglo de la ley mosaica simplemente prefiguraron el único sacrificio de Jesucristo. Esto se aclara en Hebreos 10:1-4: “Nunca pueden los hombres con los mismos sacrificios que ofrecen continuamente de año en año hacer perfectos a los que se acercan. De otro modo, ¿no hubieran dejado de ofrecerse los sacrificios, por cuanto los que rendían servicio sagrado, habiendo sido limpiados una vez para siempre, no tendrían ya ninguna conciencia de pecados? Al contrario, por estos sacrificios se hace recordar los pecados de año en año, porque no es posible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.”

Además del hecho de que los sacrificios animales no podían quitar los pecados, el sumo sacerdote judío era él mismo un hombre sujeto al pecado y la muerte. Haciendo un contraste entre la posición de Jesucristo como sumo sacerdote y la de los sumos sacerdotes judíos de la línea de Aarón, Hebreos 7:26-28 declara: “Tal sumo sacerdote nos era apropiado: leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores, y llegado a ser más alto que los cielos. Él no necesita diariamente, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo: (porque esto lo hizo una vez para siempre cuando se ofreció a sí mismo;) porque la Ley nombra sumos sacerdotes a hombres que tienen debilidad, pero la palabra del juramento jurado que vino después de la Ley nombra a un Hijo, que es perfeccionado para siempre.”

De modo que la Ley era ‘débil’ en el sentido de que su sacerdocio de hombres moribundos y sus sacrificios animales no podían aliviar de modo completo o perfecto a los israelitas de toda conciencia de pecado. Solamente podían llevar a cabo eso el sacrificio perfecto de Jesucristo y su sacerdocio superior.

Así las Santas Escrituras aclaran que la Ley dada a Israel fue perfecta en un sentido relativo. No tuvo defecto alguno en cuanto a cumplir el propósito para el cual se había dado. Hizo manifiestas las transgresiones, prefiguró una realidad mayor, hizo posible la identificación de esa realidad, y preparó a un pueblo para recibir al Mesías. Puesto que desempeñó un papel preparatorio, la Ley fue reemplazada por la realidad que giraba en torno de Jesucristo. Comparada con esa realidad, la Ley fue débil y tuvo un defecto. No obstante, cuando uno la considera desde el punto de vista del propósito para el cual fue provista, la Ley fue perfecta, sin defecto.

 

El apóstol Pablo puso de relieve la perfección de “los santos escritos” al decir: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra”. (2Ti 3:15-17.) Lo que las Escrituras Hebreas hicieron a favor de los israelitas cuando las observaron, lo que el conjunto de las Escrituras logró en provecho de la congregación cristiana durante el siglo primero y lo que la Biblia puede hacer hoy en pro de las personas, todo esto es de por sí una prueba convincente de sus cualidades como un instrumento ideal de Dios para llevar a cabo Su propósito.

Contradicción #65

¿Cuáles fueron las palabras exactas del escrito en la cruz (madero)?

(a) “Este es Jesús, el rey de los Judíos” (Mateo 27:37)

(b) “El rey de los Judíos” (Marcos 15:26)

(c) “Este es el rey de los Judíos” (Lucas 23:38)

Esta aparente contradicción tiene la pregunta implicada, «¿Cuál fue la redacción exacta de la cruz?» Se afirma que Mateo 27:37, Marcos 15:26, Lucas 23:38, Juan 19:19 todos utilizan diferentes palabras para expresar lo que estaba escrito sobre el madero  donde se encontraba Jesús. Esto puede comprenderse mejor examinando Juan 19:20 que dice;

“Muchos de los judíos, pues, leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue fijado en el madero estaba cerca de la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en latín, en griego.”

Es interesante que Pilato pudo  haber escrito cosas diferentes en cada uno de los idiomas de acuerdo con el dominio que tenia de cada idioma. El punto clave de esta aparente discrepancia es encuentra en las palabras «Rey de los Judíos». Si estas palabras hubieran estado ausentes en alguna de las traducciones, se formaría una contradicción, lo cual no es el caso.

 

Contradicción #66

¿Deseaba Herodes matar a Juan el Bautista?

(a) Sí (Mateo 14:5)

(b) No. Era Herodías, la esposa de Herodes, quien deseaba matarlo. Pero Herodes sabía que Juan era un varón justo y recto, a quien respetaba y mantenía a salvo (Marcos 6:20)

Juan el Bautista censuró la relación adulterina de Herodes Antipas con Herodías. Podía corregir a Antipas acerca de este asunto porque el monarca era judío nominal y profesaba seguir la Ley. Antipas encerró a Juan en prisión con el deseo de matarle, pero tenía miedo del pueblo, ya que creía que Juan era profeta. Sin embargo, cuando Antipas celebraba su cumpleaños, la hija de Herodías le agradó tanto que juró darle todo lo que solicitase. Herodías le dijo a su hija que pidiera la cabeza de Juan. Aunque esto no complacía a Herodes, cobardemente condescendió para quedar bien delante de los que asistían a la celebración y debido a su juramento (aunque bajo la Ley un juramento no le obligaba a realizar un acto ilegal, como el asesinato). (Mt 14:3-12; Mr 6:17-29.)(Leer contexto).

Contradicción #67

¿Quién era el décimo discípulo de Jesús en la lista de los doce?

(a) Tadeo (Mateo 10:1-4 y Marcos 3:13-19)

(b) Judas [hijo] de Santiago (Lucas 6:12-16) La Reina Valera (RV1909) dice “…Judas, hermano de Jacobo…”

 

Uno de los doce apóstoles, llamado también Tadeo y “Judas hijo de Santiago”. En las listas de los apóstoles registradas en Mateo 10:3 y Marcos 3:18, se menciona juntos a Santiago, el hijo de Alfeo, y a Tadeo; mientras que en Lucas 6:16 y Hechos 1:13 Tadeo no está incluido y en su lugar aparece “Judas hijo de Santiago”, lo que lleva a la conclusión de que Tadeo era otro nombre con el que se conocía al apóstol Judas. Es posible que a veces se emplease el nombre Tadeo para no confundir a los dos apóstoles llamados Judas. Algunos traductores vierten Lucas 6:16 y Hechos 1:13 de la siguiente forma: “Judas hermano de Santiago”, ya que en griego no se indica el grado de parentesco. No obstante, en la Peshitta siriaca se incluye la palabra “hijo”. Como consecuencia, varias versiones optan por la lectura: “Judas, hijo de Santiago [o, Jacobo]” (BAS; BI; FF; HAR; LT; NM; Val, 1989). La única referencia bíblica en la que aparece el nombre de Judas solo es Juan 14:22. Este versículo se refiere a él como “Judas, no el Iscariote”, lo que permite distinguir al Judas del que se habla.

En Mateo 10:3, algunas versiones (Besson; ENP; PNT; TNV; Val; VP, edición de España) incluyen antes de “Tadeo” la expresión “Lebeo, por sobrenombre”, o algo similar. Esta lectura, que concuerda con el “texto recibido”, se omite en el texto más reciente de Westcott y Hort, pues no aparece en algunos manuscritos, como, por ejemplo, el Sinaítico.

 

Contradicción #68

Jesús vio a un hombre sentado en la oficina del recolector de impuestos y lo llamó para que sea su discípulo ¿Cuál era su nombre?

(a) Mateo (Mateo 9:9)

(b) Leví (Marcos 2:14 y Lucas 5:27)

Mateo Un judío, también llamado Leví, que llegó a ser apóstol de Jesucristo y escritor del evangelio que lleva su nombre. Era hijo de un tal Alfeo, y fue recaudador de impuestos antes de llegar a ser uno de los discípulos de Jesús. (Mt 10:3; Mr 2:14; véase RECAUDADOR DE IMPUESTOS.) Las Escrituras no revelan si Leví tenía también el nombre de Mateo antes de hacerse discípulo de Jesús, si lo recibió en aquel tiempo o si Jesús se lo dio cuando lo nombró apóstol.

 

Contradicción #69

¿Cuándo fue crucificado Jesús, la mañana antes de la comida de Pascua o la mañana después de ella?

(a) Después (Marcos 14:12-17)

(b) Antes. Antes de la fiesta de Pascua (Juan 13:1), Judas salió de noche (Juan 13:30). Los otros discípulos pensaron que él estaba yendo a comprar lo necesario para la comida de Pascua (Juan 13:29). Cuando Jesús fue arrestado, los judíos no entraron en el pretorio de Pilato debido a que querían estar limpios para comer la Pascua (Juan 18:28). Cuando el veredicto en contra de Jesús fue pronunciado, era cerca de la sexta hora del día de Preparación para la Pascua (Juan 19:14).

 

 

7 respuestas

  1. Wow am I literally the only reply to your incredible post?

  2. no hay mas ciego que el que no quiere ver y mas bruto que elq ue a sus herrores busca apollo, creo en dios y en nadie mas por que todo lo que halla pasado por manos de hombre conlleva manipulacion, y la biblia no estubo epcento de eso

  3. cree en Dios, y error se escribe sin h, y deja a los demas vivir sus vidas como desees vivirla.

  4. 101 errores o 69???????

  5. Excelente respuestas, se ve que conocen la Escritura, lastina que no aparecen todas las respuestas. Pero de todos modos mil gracias y que Dios los bendiga

  6. Okay ! I’ve do the xml thing first, no luck. After the outlook switch, noluck. Remove the Use Cached mode + removed the xml while outlook was running Click http://pepij.nl/worker100645

  7. Hello

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